16 canciones valencianas para un verano insólito

por | 7 julio 2020 | Reportajes

Hay muchas formas de reflejar los meses de verano a través de canciones pop. En València, la proximidad del Mediterráneo y los tópicos – certeros, pero tópicos – asociados a la luminosidad y a la jovialidad de sus gentes ha abonado el terreno para que contemos con un buen arsenal de melodías veraniegas que, sin embargo, rara vez han coincidido con el capricho de los insufribles sonsonetes que sustentan esas facilonas canciones del verano que se nos metían en la mollera de forma inclemente, aunque fuera con calzador. Mediante bombardeo por tierra, mar o aire. Así que como este será un verano atípico, en el que por no haber – a falta de grandes conciertos, festivales o verbenas – posiblemente ni siquiera haya una canción del verano al uso, proponemos una playlist con dieciséis canciones que, de forma cronológica, han reflejado el pálpito del verano durante las últimas cuatro décadas entre el Sénia y el Segura, entre el rincón de Ademuz y el cabo de la Nao.

LOS HURACANES El calor del verano 1967

A finales de los años sesenta, no había nada que domesticara más a las fieras escénicas de nuestro rock que el verano y sus temáticas recurrentes: la luminosidad, los paisajes radiantes, los amoríos pasajeros, las interminables tardes de ocio, la candidez de las primeras veces en todo… Los Huracanes eran la banda de rock más salvaje de València, pero se nos ponían así de tiernos cuando llegaba el verano.

BRUNO LOMAS Ya llega el verano 1968

Hubo una vez un disco de The Cure que se llamó Wild Mood Swings (1996). O sea, bruscos cambios de humor. Algo así se le podría aplicar a los acentuados vaivenes en la carrera de Bruno Lomas, el rockero valenciano por excelencia: animal de escenario, artista de lo más versátil a la hora de abordar cualquier estilo y también – no hay más que leer cualquiera de las biografías que se han escrito sobre él, especialmente la última, firmada por Vicente Fabuel –, por qué no decirlo, no siempre bien aconsejado para tomar decisiones.

De hecho, 1968 marcó para él un punto de inflexión: fue cuando el salvaje rocker empezó a transitar la manida senda de canciones del verano que tanto frecuentaron Fórmula V o Los Diablos. Curiosamente, el mismo año había interpretado “Per Sant Joan”, otra melodía veraniega, en un más que correcto y normativísimo catalán occidental: barceloní, prácticamente. Que por algo la firmaba Serrat. Solo nueve años antes de actuar, ojo, en un festival de Fuerza Nueva. Sorpresas te da la vida.

CAMILO SESTO Llegará el verano 1970

Fue precisamente el primer sencillo de Camilo Sesto – entonces aún Sexto – en solitario, tras su paso por Los Dayson y Los Botines. Producido por Juan Pardo y Michael Aldred. Melodía risueña y desenfadada, letra sencilla y sin demasiadas complicaciones, estribillo más que pegadizo: aquí sí se cumplía a rajatabla el canon de canción veraniega de la época.

REMIGI PALMERO Plens de sol de bon matí 1979

Prácticamente cualquier canción del primer disco de Remigi Palmero serviría para evocar la sensualidad estival a esta orilla del Mediterráneo. La letra de Vicent Andrés Estellés y la música del cantautor de Alginet se conjuran aquí en una canción que huele a atardeceres cálidos sobre muros encalados en medio de la huerta. Òscar Briz hizo una extraordinaria versión el año pasado, por cierto.

BUSTAMANTE Cambrers 1981

Termina de sonar la estrofa que dice “demà és dissabte i ja tenen un parell de entradetes per anar a ballar al pavelló del twist, per a vore als amiguets cambrers, a Ethel & los Drakers, ballar amb els Cinc Xics i amanèixer a la Malvarrosa”, y comienza la calenturienta e irresistible coda final (con el saxo de Joan Ramon Barberà, las congas de Lito Boricó y los coros de Tica Grau, Remigi Palmero y compañía). Ese es el momento en el que toca aceptar que esos segundos han de reflejar lo que era crecer en los Poblats Marítims de València un verano cualquiera a principios de los setenta, mejor que ninguna vieja fotografía. Profundamente evocadora.

PRESUNTOS IMPLICADOS  Me das el mar 1989

Servidor no tiene un recuerdo cien por cien claro de aquello, pero juraría que esta canción sirvió para una campaña turística de la Generalitat Valenciana en los años noventa. Y es perfectamente comprensible. Una de las mejores canciones de Alma de blues, el estallido comercial del trío, que vendió más de 200.000 ejemplares.

LA HABITACIÓN ROJA Los últimos veranos 2003

Los veranos siempre han tenido un tono melancólico en manos de La Habitación Roja. Porque si en 2001 cantaba Jorge Martí que era “un día perfecto para olvidar lo que duele un verano” (casi parafraseando en sentido opuesto el “Así duele un verano” de Migala), un par de años después Pau Roca escribía esta sencilla y bonita canción de sueños que se resistían a desvanecerse tras el tercer trimestre del año. No figura entre esos himnos que ponen sus conciertos en combustión, ni mucho menos. Pero, como aquel verano, “tampoco estuvo mal”.

LULA California 2006

Estupendo primer single en la carrera de Lula, la nueva vida de Pat Escoin tras Los Romeos, tan radiante como su título, con sus referencias a las olas y a una playa que igual podría ser la de Malibú como la del Gurugú.

MADERITA Trabajo de verano 2009

Maderita a veces parecían como unos Crosby, Stills & Nash valencianos. La unión de lo que quedaba de Ciudadano y Julio Bustamante nos dejó un fantástico álbum de folk pop muy mediterráneo, con canciones tan acrisoladas y veraniegas como esta.

SEGURIDAD SOCIAL El rock de una noche de verano 2009

Para Seguridad Social, la canción de verano definitiva fue “Chiquilla”, en 1991. Pero muchos años más tarde retomaron “El rock de una noche de verano”, de Miguel Ríos, para acercarle – bueno, más bien zambullirla – en la cadencia parsimoniosa del reggae, una de sus tradicionales querencias: no olvidemos que en los años ochenta fueron de los primeros en fundir aquí rock con reggae o hip hop.

ÒSCAR BRIZ Carolina dins d’un pou 2010

Si hemos de cargar con el lugar común de que València es la California europea, podríamos hacerlo asumiendo que esa línea invisible que separa sus costas de las nuestras se tejía con los pespuntes de la música de Maderita y también con la de Òscar Briz en un disco tan absolutamente veraniego como L’estiu. Nunca la tradición soft rock y folk pop facturada allí había hermanado tanto en espíritu con lo que se hace aquí. Y todo en un disco para rescatar todos los veranos.

DOCTOR DIVAGO La belleza muda de los secretos del mar 2010

Callejeros por excelencia, aferrados al asfalto y a los reglones torcidos de la gran urbe, Doctor Divago nos dijeron – aunque solo fuera por una vez – que buscarían tesoros en las profundidades del más allá, en la belleza muda de los secretos del mar. El lugar del que procedía el monstruo que protagonizaba otra canción suya, “El animal protector”, cuya inspiración le vino a Manolo Bertrán en la playa de Corinto, la misma que tanto hizo por el Alberto Montero de “Poseidón”. Y tocaba creerles de nuevo.

LITORAL A la vora del mar 2011

“Pi, pi, delta, canyes, crancs, dolçes resaques… vi, vi i gaseosa, sorra, truita de papes”. Esta sí que hubiera sido una fantástica canción para una de esas campañas de verano de la Damm. Estaba en la primera entrega del grupo formado por Pau Roca e Iván Cuevas, los exquisitos Litoral.

PLEASANT DREAMS Costa del Azahar 2012

La primera banda que hizo sonar el valenciano en un FIB (con su versión del popular “La panderola”, en 2013) siempre ha tenido a bien reflejar su entorno más cercano en canciones tan bonitas como “La noche de San Juan” o esta “Costa del Azahar”. “Con camisa blanca y sombrero de playa, no importa el destino cuando el tiempo pasa”.

PEPET I MARIETA Corre l’estiu 2014

El verano también es verbena de pueblo, festa major, celebraciones patronales marcadas con rojo en el calendario. Y quién mejor para plasmarlo que Pepet i Marieta, la banda formada por músicos de ambas riberas del Sénia.

 ZOO Estiu 2014

El gran fenómeno viral de hace seis años en la escena valenciana fue esta canción vitalista del colectivo de la Safor, uno de esos grandes himnos estivales que nunca será canción oficial u oficiosa del verano. Ni falta que le hace.

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