Aquel junio del 95: la excelencia de Björk, el éxito de Alanis Morissette y el debut de las Sleater-Kinney

por | 19 junio 2020 | Música

El verano de 1995 las Naciones Unidas estaban a punto de volver a fracasar. Un año antes la comunidad internacional había visto pasar ante sus ojos el genocidio tutsi por parte de los hutus en Ruanda (casi un millón de personas exterminadas), y esta vez ocurriría en el corazón de Europa: 8.000 bosnios musulmanes fueron masacrados por los serbios de Bosnia en Srebrenica, tras la retirada de 400 cascos azules que mantenían el territorio como “zona segura” de la ONU. En España, Felipe González disfrutaba de su último verano como presidente del Gobierno, e Induráin de su último Tour de Francia. La revolución tecnológica corría a cargo de un Bill Gates que nos inoculaba el Windows95 (según la cofradía del sombrero de papel de aluminio como plan de dominación mundial prepandemia a 25 años vista). Aquel junio de 1995 se lanzaron dos de los discos más emblemáticos de la década: Post de Björk y Jagged Little Pill de Alanis Morissette, además, las Sleater-Kinney debutaron con su disco homónimo, por lo que hemos decidido repasar esta terna con varias representantes del panorama musical de nuestro país.

Sleater-Kinney (Chainsaw, 1995) fue un estreno cuya mayor virtud se encontraba en una actualización de los logros de grandes iconos del rock feminista como Bikini Kill o The Runaways, pero aportando un toque personal que evolucionaría más adelante: “Es un disco que escuché mucho en su momento. Cuando lo descubrí me encantó la voz de Corin Tucker, para mí insuperable a la hora de transmitir emoción. Es un buen primer disco aunque me gusta más Call the Doctor.” (Lidia Damunt – Hello Cuca).

A pesar de ser un debut, en él ya se muestra a un grupo con fuerte personalidad, capaz de crear extraordinarias canciones de rock & roll: “Algunos de mis temas favoritos son “Don’t Think you Wanna”, “Be Yr Mama” o “Sold out”; me encantaban sus melodías y la voz de Corin Tucker, que es como una apisonadora, consigue que dejes de pensar en cualquier otra cosa y te transporta al aquí y ahora. Sin tonterías.” (Lidia Damunt). Por otra parte Elena Nieto (Yawners, Estrogenuinas) reivindica de ese disco el tema “Slow Song”: “Me gusta su progresión de acordes y los arpegios del estribillo, entra súper fácil, sigue la definición de hit noventero”.

Sleater-Kinney formó parte del movimiento riot grrrl, siendo una influencia fundamental para grupos como Hello Cuca: “Bratmobile, Bikini Kill o Sleater-Kinney fueron muy importantes para nosotras. Venían de un contexto DIY, del mundillo de los fanzines y del feminismo. Los descubrimos a través de cintas que nos grababa alguna pen-pal con la que intercambiábamos fanzines y que se encontraba en la otra punta del mundo. A la vez, escuchábamos otras músicas (soul, pop, etc.) que también nos influenciaban, pero hay algo especial en cómo te llega la música. Quiero decir, no es lo mismo que te lo sugiera Spotify en una lista de reproducción a que te lo recomiende una amiga.” (Lidia Damunt). Mucha gente también ha recalcado que el espíritu del grupo de Olympia se puede encontrar en el primer disco de Yawners, una de las grandes revelaciones de la escena indie rock española del 2019: “Han comparado mi música con Sleater-Kinney en alguna ocasión, aunque su influencia, más que estilísticamente, viene sobre todo por el papel que han tenido pavimentando el camino para normalizar a las chicas tocando, creando y formando parte activa en la comunidad underground.” (Elena Nieto).

Mientras Sleater-Kinney publicaban su debut, Alanis Morissette triunfaba con Jagged Little Pill, un disco importante para la generación que tuvo su adolescencia en los 90: “Cuando escucho este disco por primera vez tengo 18 años. Enseguida me compro el cedé y aprendo las letras. Canto tanto “You Oghta Know” que en un campamento de verano me llaman “Alanis” (momento vergüenza espaciotemporal). En la universidad sigo canturreando esas canciones: unas, rabiosas como el título del disco, otras, más amables. Por entonces soy una chica rara, en la uni no tengo amigos, solo conocidos. Estoy un poco gorda. Uno de ellos me dice que, cuando camino, miro al suelo. Soy un puto desastre, al menos lo soy porque me lo considero. Y en esa época yo escucho este disco y parece un buen lugar en que ser más yo. Sobre todo hay algo en la voz de esa tía que me transmite que está muy enfadada pero, al tiempo, que es una mujer dulce. Tal vez es como me siento yo: enfadada con el mundo pero con ganas de recibirlo y darle amor. Curiosidad: hago la primera prueba para una banda con un tema de este disco y otro de Bowie. El grupo era de heavy metal, no me escogieron.” (Carolina Otero – Carolina & Lil´ Knife, Mad Robot).

En su día sorprendió el destacado componente feminista incluido en muchas de las canciones: “En el año de su publicación encuentro en el disco un espejo, no biográfico sino emocional. Por entonces, el feminismo no estaba en el momento actual. Se leían textos de Sontag en la facultad de Filología, teníamos algunas excelentes profesoras combativas que me parecen una excepción (a la mayoría de profesores del género masculino no los recuerdo así, comenzando por la literatura elegida para su estudio). Pero en esa época yo no me pregunto si Morissette es feminista. Solo siento que la cantautora “dice la/su verdad” y que he encontrado, como en otras (Tori Amos, Ani Difranco, PJHarvey o Björk) una mujer que se empodera haciendo música, aunque todavía entonces yo no verbalice lo del empoderamiento.” (Carolina Otero). Una actitud vital dentro del rock mainstream que puede considerarse mucho más valiente de lo que en su día mucha gente pensó: “Es muy raro hacer algo «en plan feminista» para que tenga mejor recepción, más bien suele suceder al contrario, que tenga peor recepción, sobre todo en aquella época. Ahora desde hace unos años está como de moda la palabra feminista pero por aquel entonces si alguien decía esa palabra en un contexto musical te miraban muy mal.” (Lidia Damunt).

De Jagged Little Pill surgieron dos singles de éxito, “You Oughta Know” e “Ironic”: “Son canciones diferentes y ambas letras me parecen buenísimas. Es un combo de excelentes letras (muy literales), estructura de canción pop con música rock y melodías increíbles.” (Elena Nieto). Carolina Otero también señala “You Oughta Know” como una composición a reivindicar: “Como en casi todas las obras que transcienden, fondo y forma están unidos, es decir, una no compone la canción X de cierta manera solo porque sabe hacerlo, lo hace por su idiosincrasia, por cómo siente. Creo que su éxito está en esa suma de letra y música; y, hoy en día, “You Oughta Know” sigue teniendo esa desolación de quien ha sido dejada por su pareja. Su fuerza también reside en la producción de Glen Ballard, y a la contribución de ese bajo con flow de Flea y las guitarras de Dave Navarro”.

En este mismo disco encontramos otras interesantes composiciones: “Destacaría “All I Really Want” sobre todo por el riff de guitarra súper trippy y por el mensaje directo. También “Hand In My Pocket”, porque el tema habla de estar en el medio de algo, de una decisión o de una circunstancia, y mola mucho las analogías que hace.” (Elena Nieto). E incluso alguna joya escondida a redescubrir: “Subrayaría la que suena a capella, “Your House”, al final del disco como hidden track. Está brutalmente bien cantada y la letra cuenta una historia: creo recordar que el yo lírico entra en casa de su amado y visita las habitaciones con miedo a ser encontrada por él, hasta que llega al escritorio y ve que hay una carta de amor, con la letra manuscrita de otra; al final nos damos cuenta, a la vez que ella, de que es de otra mujer. Sin duda para mí Jagged Little Pill es la cumbre de su carrera, lo cual quiere decir que solo ha brillado con este debut. Siempre he pensado que era una pena que Alanis Morissette comenzara a repetir sus tics vocales, haciéndolo todo amanerado y nasal, y perdiendo frescura” (Carolina Otero).

La tercera protagonista del artículo supo expandir su universo sonoro hasta límites insospechados gracias a su segundo disco: “La primera vez que escuché a Björk creo que tenía 16 o 17 años. Vi «Dancer in the dark» y descubrí Post más o menos en la misma época; de todas formas no fue hasta años más tarde, cuando volví a escuchar a Björk, y tuve un verdadero crush. Comencé con ese disco, y el álbum Debut (93), para más tarde explorar el resto de su discografía. Pero fue Post el que me hizo sentir una mezcla muy fuerte de emociones. Y aun hoy me va muy a las entrañas, incluso aunque esté quieta, me bailo por dentro, un bailar muy desencajado. Es un disco enérgico, electrizante y muy rítmico, aunque también tiene remansos de paz y momentos intimistas.” (Marta Domingo – Odd Cherry Pie, Meridian Response, Fru Katinka).

Con Post Björk se consagró como una artista de carácter totalmente innovador, capaz incluso de anticipar algunas tendencias musicales, y cultivando la excelencia en la época dorada del videoclip con Michel Gondry o Spike Jonze como realizadores: “Björk siempre ha ido varias pantallas por delante porque ha sabido combinar muy bien sus raíces clásicas con las últimas vanguardias, creando siempre obras únicas que han inspirado a futuras generaciones. Incluso ahora se rodea de creativos punteros como Arca o El Guincho, que participó en «Biophilia» y a su vez ella le inspiró en su disco Hiperasia. Por lo que tengo entendido, la forma de trabajar de Björk es integrar en sus proyectos a los mejores talentos del mundo en cada ámbito. Gracias a esto su genialidad se ve potenciada y nunca deja de nutrirse y, a su vez, se crea un proceso de retroalimentación en el que todo el mundo aprende. “Hyper-Ballad” por ejemplo me parece un tema que refleja esa puntería para adaptar nuevos sonidos en su música. Björk vivía en Londres cuando compuso Post y en esta canción se nota mucho la influencia de la música de club de la época. De este tema siempre destaco el trato de la sección rítmica, me encanta ese traqueteo panoramizado sobre el que se construye la canción.” (Marta Domingo).

Además de “Hyper-Ballad”, Post esconde más muestras del talento de Björk para crear fascinantes atmósferas musicales, según Marta Domingo: “La canción “Isobel”, con cuya letra me siento muy identificada, es como un cuento misterioso, un viaje hacia dentro. Siempre lloro un poquito cuando la escucho. También me encanta «I miss you», me gusta la idea que se desprende de ella, ese echar de menos a alguien que ni siquiera has conocido. Musicalmente es un desparrame, muy de entrar en trance y desgarrarte con ella. Por otra parte «Enjoy» siempre consigue volarme el cerebro, es un tema muy rudo y puro, tiene ese punto dark con el que siempre conecto”. Y es que la componente de Fru Katinka siempre ha tenido a Björk como una de las artistas que más le han influenciado tanto personal como musicalmente: “Cuando redescubrí Björk fue la primera vez que me dio tan hard el fenómeno fan como para ver documentales y entrevistas. Sentí una conexión espiritual con su universo, con su manera de experimentar y relacionarse con el mundo. Me conmovió y me sentí en comunión con ella. Asimismo me fascinaron las temáticas de sus letras, que van desde lo más íntimo y visceral a lo más científico y universal. A nivel musical creo que se nota su influencia en mí por el tipo de melodías y armonías por las que he apostado en diversas ocasiones, creo que en Fru Katinka se puede percibir esa influencia sobre todo en “Inside”.

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