Cómo concentrar 40 años de distorsión y melodía en una noche tropical valenciana

por | 4 julio 2025 | Conciertos

Fotos: Rodrigo Márquez

Los seres humanos estamos marcados por toda una serie de recuerdos que configuran nuestra memoria y nos van moldeando en lo que somos. La música juega un papel central a la hora de evocar momentos, de trasladarnos a lugares en los que estuvimos alguna vez, sonidos sin los que no sabríamos haber vivido.  Eso me ocurre cada vez que recuerdo la primera vez que vi en la televisión a los británicos The Jesus & Mary Chain. Era invierno de 1986, y estaban entrevistando a los hermanos Reid, aunque solo respondía de manera árida Jim, mientras que William hacía como que no estaba, al igual que el que era su bajista en aquel momento Douglas Hart y un el baterista Bobby Gillespie que con su peinado beatle rompía la uniformidad de los peinados de la banda.

He de reconocer que me cargó esa insolencia gratuita de la que hacían gala pero cuando pusieron sus dos videos promocionales con “Just Like Honey” y “Never Understand”, de su primer álbum Psychocandy, todo cambió en fascinación por sus melodías, por sus guitarras distorsionadas como nadie lo había hecho antes, por sus letras, por su aspecto y por ese mestizaje imposible entre The Velvet Underground y Beach Boys. Los de Glasgow eran una de las bandas más originales que habían aparecido en el rock británico, y aunque a partir de su segundo trabajo Darklands (1987), el sonido ya no era tan original, su facilidad para unir melodías con ritmos incontestables ganaba terreno.

Con estas credenciales los británicos aterrizaban en la Marina de València el sábado 28 de junio, dentro de la programación del festival Nits Voramar dispuestos a repasar una carrera musical que va más allá de sus ocho álbumes de estudio. The Jesus & Mary Chain son ya una leyenda del rock alternativo, probablemente a su pesar, o no, nunca se sabe. Pocos grupos pueden presumir de llevar 40 años en esto del rock and roll componiendo canciones que son la banda sonora de varias generaciones de inquietos, que se mueven entre los afluentes del noise pop o el shoegaze.

The Jesus & Mary Chain son sabedores de poseer temas imbatibles. Ofrecieron un directo contundente, como el que suelen realizar en los últimos años. Interpretan sus temas con maestría y profesionalidad, tal vez algo distantes y fríos en un escenario al aire libre como el de la Marina, pero convirtiendo cada canción en disparos certeros. Así desde el primer tema con el que abrieron el concierto, “Jamcod” de su último álbum Glasgow Eyes, y con una puesta en escena sobria en la que destacaba Jim Reid como solista, la banda elaboraron un concierto en el que los temas se interpretaban sin respiro alguno.

Temas como “April Skies”, “Between Planets” o “Head On” se sucedían con otros más nuevos como “Pure Poor” de su último trabajo, con la facilidad que da interpretar temas de la altura de los que crean los Reid. Mención aparte en el concierto merecen esas dos canciones que son “Sometimes Always”, y como no “Just Like Honey”, dos joyas del pop británico que mientras sonaron, justificaron haber desafiado el sofocante calor y comprobar de nuevo que los hermanos Reid no son tan fieros como los pintan.

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