Nuestra sociedad se mueve en la contradicción, desde la aplicación de los derechos humanos en según qué país, las medidas fiscales según la clase social, pasando por cualquier tema de relevancia deportiva, y naturalmente la cultura. Dentro del amplio espectro de esta, es en el mundo de la música popular, y muy especialmente en el del pop en todas sus acepciones posibles, donde esas contradicciones están presentes.
Es un mundo lleno de música en directo, apariciones de trabajos discográficos (buena parte de ellos actualmente solo en plataformas), publicaciones especializadas buscando consolidar un espacio mediático, festivales de verano de amplio espectro con público masivo, ausencia casi absoluta de programación musical en las cadenas de televisión o con horarios imposibles, una escasa atención al esfuerzo de programación que realizan las salas de conciertos, o una sonrojante sucesión de programas-concurso televisivos, donde se valora cualquier cosa antes que el talento musical real.
Por eso, resulta casi obligatorio poner en valor a aquellos músicos que, a pesar de tener muchas veces el viento en contra, han formado grupos, han apoyado a otros músicos puntualmente en directo o en sesiones de grabación, y trasmiten sus conocimientos a los que en un futuro serán nuevos bateristas, pianistas, guitarristas o bajistas.
Este es el caso de Rafael Picó, conocido por todos como Copi, uno de los músicos más importantes de nuestra ciudad, que participó desde sus inicios en grupos fundamentales como Comité Cisne y Revolver, y que en la actualidad forma parte del grupo Scrig, que combina con sus clases de batería como docente.
Empecemos por el proyecto de Scrig en el que te encuentras actualmente, con la promo del nuevo álbum Estupidez natural.
Nos encontramos en la fase de lanzamiento del disco, el cual se encuentra tanto en formato físico como digital en todas las plataformas. Aprovechando que los conciertos han vuelto, a pesar de las restricciones, queremos seguir las pautas de siempre: sacar el single con un vídeo de promo, más adelante el conjunto del álbum y posteriormente empezar a girar. El álbum ha quedado un poco más reducido de lo que hubiéramos querido, ya que las restricciones han afectado a los ensayos y han condicionado el número final de temas, de los que aun así estamos muy satisfechos. Aquellos temas que no hemos podido incluir en Estupidez natural, los rescataremos para el siguiente trabajo que ya tenemos en mente.
¿Cómo comienza tu aventura con Scrig?
Javier Scrig tiene su carrera en solitario, ha publicado varios discos a la vez que ha colaborado con otros músicos. Para el concierto de la promo de su último trabajo, Javier se puso en contacto conmigo para que fuera su baterista y con Daniel Lacambra, como su guitarrista. Javier quedó muy satisfecho con nuestro trabajo, de tal manera que cuando empezó a grabar su siguiente álbum en solitario, nos llamó para que fuéramos sus músicos. De ahí nació una colaboración que iba más allá de meros acompañantes, y fruto de la implicación de Daniel y mía, Javier nos propuso que entráramos a formar parte del grupo de pleno derecho. Así que, con las colaboraciones puntuales de César Giner, que es uno de los mejores bajistas de nuestro país, y el también bajista Abel Sanabria, arranca Scrig como grupo.
Y es ahora cuando empezáis a rodar.
Exacto. Además, vamos a hacer una gira tal y como se ha hecho siempre, tocando en salas de conciertos, locales, teatros, todos ellos de un tamaño que permita la conexión entre el público y la banda. Con este formato ayudamos a dar a conocer como Srig se ha creado, invirtiendo la pauta tradicional, en la que un grupo empieza y acaba separándose, iniciando su cantante una carrera en solitario. Aquí ha sido al revés, Javier aparca su trabajo en solitario para fundar un grupo en pie de igualdad con los que habían sido en inicio sus músicos de acompañamiento.
Lo cual dice mucho de Javier y de vosotros sobre la banda que quería formar.
Así es, porque todos renunciamos a la mentalidad cómoda de tocamos, nos pagas y ya está. Queríamos formar un grupo y es lo que hemos hecho. Todos los miembros nos preocupamos de todo, desde los aspectos musicales y compositivos, hasta lo referente a lo económico y promocional. Por eso nos hemos puesto manos a la obra y no solo vamos a girar por el País Valenciano, sino también Madrid o Barcelona.
Por lo que veo cada uno de vosotros tenéis influencias y raíces distintas. ¿Cómo afecta eso a la composición de los temas, su interpretación o las mezclas para la grabación?
Pues como dices somos muy plurales, lo cual hace que sea muy interesante, porque cuando alguien propone alguna idea para una canción lo que hacemos es buscar las reminiscencias del tema, a que nos suena a cada uno. A partir de ahí hacemos una pequeña playlist de los grupos a los que nos recuerda la canción.
Eso ocurrió con el tema “Nuestras dudas”.
Exacto. A mí me sonaba a Green Day, quería poner esa batería enérgica, o para el guitarrista el sonido que quería meter era un riff inspirado en el grupo argentino Soda Stereo. Sobre la melodía como base se escribe la letra, y tanto una cosa como otra es compartida y firmada por todos los componentes del grupo. Ello nos permite que, durante las actuaciones, cada uno de nosotros haga un solo de su instrumento, en la mejor tradición jazzística.
Comité Cisne: Remi Carreres, Carlos Goñi, José Luis Macías y Rafa Picó «Copi.
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¿Qué diferencias observas en las promos actuales con las que hacíais cuando comenzaste en Comité Cisne?
Antes tenías un mayor contacto con la gente, y cuando ibas de promo era una promo de verdad, recorriendo toda la comunidad autónoma en primer lugar y después prácticamente todas las ciudades españolas que tuvieran un mínimo embrión de escena local. Aparte del papel esencial que hacían los medios locales especializados, funcionaba el boca a boca que potenciaba a su vez que la gente se interesara en buscar, averiguar por sí misma, sin tener que esperar a que la red social le comunicara el concierto. Ahora es todo más sencillo, pero en la década de los 80 o 90 podías ver en València una misma noche cinco conciertos, con una promo casi personal de carteles pegados con celo en locales o mobiliario urbano de la ciudad. Esto quería decir que había muchas salas donde tocar, como Gasolinera o Planta Baja, también es verdad que, con unas ordenanzas mucho más comprensivas e identificadas con la música en directo, que cambiarían a partir de 1991.
Viendo fotografías de principios de tu carrera, apareces tocando en Barraca antes que se convirtiera más en una discoteca de La Ruta.
Claro, es que la primera Barraca era una sala de conciertos, un pub y una discoteca también, pero donde acudías a escuchar los temas más nuevos que aparecían en las listas independientes británicas y también, eso era muy importante, a los grupos valencianos que empezábamos. Además, como sala de conciertos siempre tenían las puertas abiertas a todos los grupos. De hecho, Carlos Simó de Barraca y Vicente Mañó crean la discográfica Intermitente Records, que es la donde grabará Comité Cisne, ante la falta de receptividad inicial de otras discográficas de Madrid o Barcelona que parecían no entender nuestro trabajo.
Con lo que se entiende que con Intermitente Records se produce una independencia discográfica valenciana frente a Barcelona y Madrid.
Exacto. Y además fue providencial para nosotros que al descolgarse The Waterboys como teloneros, nos propusieron a Comité Cisne como alternativa. Nosotros nos encontrábamos en Ibiza grabando, con lo que tuvimos que ir corriendo a actuar al Nou Estadi del Llevant UE, para después volver a Ibiza y seguir con nuestra grabación.
Y después del tiempo en Comité Cisne, Revolver, en solitario, como docente, ahora con Scrig, ¿has cambiado como músico?
Mi filosofía es la misma. Para crear algo nuevo, tienes que saber siempre de dónde vienes y que estás en un permanente aprendizaje. Se trata de mezclar siempre, porque eso te permite avanzar, estar siempre atento a lo nuevo que pueda producirse, a la vez que pones en valor todo lo anterior que fue nuevo a su vez.
Como baterista se nota que eres un musico inquieto, siempre vas escuchando cosas nuevas, estilos diferentes.
Jamás he sido un músico cerrado, ni lo seré. Siempre he sido una persona que ha disfrutado estando abierto a una variedad de estilos musicales que me permitieran ampliar mi técnica, o incluso solo por el placer de escuchar. Eso me ha permitido estudiar clásico, percusión cubana y brasileña, jazz, y seguir estudiando ahora. La percusión probablemente permite un mestizaje mayor y al gustarme la música, mi pasión por ella me llevó a coger las baquetas.
Ya para finalizar, nos podrías decir seis bateristas que admires y/o te hayan influido en tu carrera.
Pues, aunque es difícil reducir su número, me inclinaría por Stewart Copeland, Steve Gadd, Phil Collins, Ringo Starr, John Bonham, y aunque supere el número no quiero dejar de citar a Pat Torpey y a Keith Moon.