Depedro: “No entiendo la música si no es como colaboración”

por | 4 enero 2020 | Entrevistas

La música del madrileño Jairo Zavala siempre ha mirado hacia otros horizontes, tal vez por ser hijo de un peruano y de una española, criada en Guinea, que todas las mañanas le ponía música africana mientras desayunaba. Desde adolescente tocó la guitarra y en 1995 formó Vacazul, con los que grabó cuatro discos. Luego llegaron 3000 Hombres, Amparanoia, y su colaboración con Calexico, la banda de rock estadounidense junto a la que sigue recorriendo el mundo. Pero ha sido Depedro el proyecto que le ha dado estabilidad en los últimos diez años. Jairo celebra los colores, las experiencias y los sonidos con los que ha llenado su maleta durante esta década con «Todo va a salir bien», un disco en el que retoma algunas de sus canciones más emblemáticas acompañado de artistas como Santiago Userón, Coque Malla, Luz Casal o Vetusta Morla. Presentando el disco se ha embarcado por una extensa gira que le está llevando por locales de toda España, pero también de otros países de Europa y América Latina. Su concierto del 10 de enero en la Sala Moon de València será una de sus últimas paradas.

Depedro

Con «Todo va a salir bien» celebras los 10 años de Depedro, pero tu trayectoria dibuja un arco mucho más extenso (Vacazul, 3.000 Hombres, Amparanoia, Calexico…) ¿Te consideras un privilegiado por haberte podido dedicar a la música desde los 19 años?
Por supuesto, no podría haber soñado en ese aspecto con una vida mejor. Al final hago lo que me gusta y tengo un trabajo maravilloso, aunque no todo han sido autopistas, también ha habido mucha carretera secundaria, pero me siento un privilegiado.

El título del álbum, «Todo va a salir bien», parece una declaración de intenciones. ¿Qué implica para ti esta expresión?
Yo creo que el título hace referencia a lo que te acabo de decir. El viaje no es siempre cómodo hay muchas curvas y, en ocasiones, necesitas una visión esperanzadora para salir adelante. Es una frase que he repetido siempre, casi como un mantra. Me parecía que resumía muy bien el espíritu de un trabajo largo y que ha ido poco a poco.

Justamente en este disco te rodeas de una lista de artistas que da vértigo (Coque Malla, Santiago Userón, Luz Casal, Amparo Sánchez, Vetusta Morla, Izal, Fuel Fandango, Camilo Lara). Todo un caleidoscopio de artistas de generaciones y estilos muy diferentes. ¿Cómo surgieron estas alianzas? ¿Colaborar con otros es una buena forma de aprender?
La música yo no la entiendo si no es como colaboración. Ver tu música en manos y bocas de otros es un ejercicio maravilloso. Tengo el privilegio de haber tendido lazos con gente con tanto talento, tan generosa como para venir y poner en valor el repertorio de Depedro. Es lo mejor que me podría haber pasado.

La mayoría de los temas que aparecen en el disco son conocidos, aunque para nada nos encontramos ante un recopilatorio al uso. ¿Es una conmemoración del tiempo transcurrido que, de alguna forma, puede apuntar hacia lo que está por venir?
Es una celebración de una década de trabajo. No están todos los temas, pero sí los más representativos. Los que más han conectado emocionalmente con el público. Es un regalo de cumpleaños. De lo que está por venir, yo no tengo ni idea.

Coque Malla le da un toque muy especial a «Déjalo ir», una de tus composiciones más primorosas. ¿Piensas que, tal vez, ambos compartís una capacidad similar para la reinvención en estos tiempos tan dados a la explotación de la nostalgia, ya sea real o manufacturada?
Bueno, Coque es un ejemplo, siempre ha sido un trabajador incansable y para mí es una referencia absoluta. Además, es una persona que se ha reinventado. Creo que está muy alejado del estereotipo del que se deja llevar por el éxito. Lo suyo ha sido trabajo constante y a la búsqueda siempre de la emoción.

Santiago Auserón, todo un precursor a la hora de dar a conocer la música latinoamericana, comparte contigo la emblemática «Como el viento». ¿Qué supuso para ti cantar con él?
Pues menos mal que la compañía de discos me convenció para grabar esa canción. No veas la cara de panoli que se me quedó cuando le escuché a Santiago Auserón cantarla. Pues seguramente no estaríamos hablando ahora mismo sino fuera por los caminos que él abrió en la música. Le debo muchísimo.

Junto a Nita (Fuel Fandango) vuelves a hacer tuya «Llorona» (una canción popular mexicana que Chavela Vargas convirtió en mito, y que ya habías grabado antes con Amparo Sánchez). ¿De qué forma enriquece tu música el folclore latinoamericano?
Siempre ha estado ahí, mi padre biológico es peruano. Para mí es una de las fuentes más importantes de inspiración. América es un continente y cada país tiene sus lenguajes, sus códigos y su folclore. Explorar toda esta riqueza es algo que me encanta.

La querencia por las músicas africanas es otra de las constantes que atraviesan tu música, todo un mundo de sonidos al que, en muchas ocasiones, damos la espalda. En València dentro del MUV!, pudimos ver presentado por su directora, Paloma Zapata, el documental «Casamance: La banda sonora de un viaje», que sigue tus pasos por Senegal tras las huellas de Lamine Konté, un músico que gozó de cierto éxito en los sesenta y luego se desvaneció. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Qué implica para ti África?
La música africana ha estado siempre presente en mi casa, a través de las músicas que escuchaba mi madre, que se crio en Guinea. Todo esto es el punto de partida del documental «Casamance: La banda sonora de un viaje». Más allá del documental, siguiendo la pista del músico Lamine Konté, el viaje a África fue para mí un regreso a historias de la infancia y la oportunidad para vivir en primera persona el ritmo, el latido, el pulso, el corazón de lo que considero que es también mi música. En gran parte he bebido de ahí.

Siempre apuestas por tender puentes entre músicas de procedencias diversas. Ahora vivimos el auge de los nacionalismos más excluyentes e intolerantes. ¿Cómo ves esta situación?
Yo directamente los discursos excluyentes ni si quiera los escucho. Me parecen totalmente trasnochados. Ni siquiera quiero hablar de ello, prefiero no dedicarles mi tiempo.

Has comentado que la música española está viviendo un momento especialmente fértil. ¿Crees que, sin embargo, la música tiene menos espacio en los medios de comunicación que tiempo atrás?
No creo que sea así. Justamente ahora podemos buscar a la carta el contenido que queramos y cada uno elige su propio itinerario. Lo que pasa es que hay muchas propuestas. Gracias a internet puedo descubrir al momento lo que ha hecho un artista coreano y las creaciones más diversas están a mi alcance. Por no hablar de lo que supone encontrar simplemente una playlist, y poder empaparse de eso. Yo creo que se abre un nuevo panorama maravilloso.

Colaborar con Calexico te ha hecho viajar por todo el mundo. Por otra parte, te has embarcado en una extensa gira presentando «Todo va a salir bien» que te está llevando por locales de toda España, Europa y América. Tu concierto del 10 de enero en la Sala Moon de València será una de las últimas paradas. ¿Qué tiene de bueno y de malo llevar una vida nómada?
Lo bueno es que con las giras me lleno la maleta de vivencias y conocimientos nuevos, que a mí musicalmente es lo que me interesa. De malo, sin duda, el tema de la ausencia. Soy padre de familia y echo de menos a los míos; pero es algo que intento compensar con la calidad del tiempo que les dedico.

Esta gira te llevó a Chile, un país que está viviendo un momento particularmente complejo. ¿Qué impresiones te llevaste?
Pues vino conmigo el Premio Nacional de Periodismo Cutural Mejicano y lo plasmó maravillosamente en un reportaje. El artículo se llama «Chile en siete estrofas», ahí lo cuenta todo.

¿Por qué echas una mirada hacia la infancia en «Érase una vez», tu nuevo disco?
Como padre de familia ya tengo bastante experiencia, quince años. Y me di cuenta de que no había mucha música no condescendiente con el mundo infantil. He intentado hacer un disco dedicado a la infancia, pero con todo el respeto y toda la profundidad musical que he podido. Lo he desarrollado igual que el resto de mis discos. Tenía unas canciones en casa, inspiradas en el entorno familiar, que he desarrollado como fábulas que giran en torno a lo que es aprender lo que es la frustración, la alegría y el resto de emociones. Y al final todo esto ha derivado en un nuevo disco.

En «Palabra favorita» canta tu hijo y el resto de tu familia interviene en los coros. Es una de las canciones más especiales del disco. ¿Cómo surgió?
Todos los que sepan lo que es ser padre entenderán lo que significa esa palabra de la que habla el disco. Y, claro, ha terminado siendo también mi tema preferido del disco.

Artículos relacionados

Pin It on Pinterest