Mi nombre es Esther Vinuesa Navarro, soy del barrio valenciano de Tres Forques y lo siguiente que podría decir es que no sé cómo he llegado hasta aquí. Pero mentiría. Lo sé muy bien. Mucho esfuerzo, paciencia y constancia. También una pizca de crecimiento personal y superación de miedos. Y pasión, mucha pasión. Quien me conoce bien podrá decir que me quedo corta, pero eso ya no me corresponde a mí.
Ela Vin. Foto: Miguel de la Rubia
Mi vinculación con la música empezó siendo una bebé, pero ¡va!, pongamos que a los nueve años. Cobró fuerza a los once cuando heredé el acordeón de mi abuelo paterno. Recuerdo perfectamente los moratones en las piernas y unas agujetas en los brazos espantosas. Y mucho abrir y cerrar fuelle, y muchas clases, y mucho estar en todas partes y en ninguna. Creo que a partir de entonces empecé a dejar de jugar, no tenía tiempo. Que si lo pienso bien… ¡qué tristura, pardiez!. Pero la música llenó todo lo demás.
Acabé mis estudios en el Conservatorio Profesional de Música de Valencia en la especialidad de clarinete después de unos años estudiando acordeón. Por aquel entonces el binomio acordeón/Valencia en el ámbito académico (educación reglada) era misión imposible y, a pesar del esfuerzo que mis padres estaban dispuestos a sobrellevar, el exceso de responsabilidad y un sentimiento de amor-odio hacia el instrumento -que afortunadamente pude resolver-, me hizo abandonarlo. El tiempo me lo devolvería, mucho tiempo después, con todas sus mieles.
Muchas cosas han tenido que pasar hasta llegar a Ela Vin. Solitoria, mi primer EP, obtuvo el reconocimiento del público siendo semifinalista en los Premios MIN (Premios de la Música Independiente) en la edición del 2017 en cuatro categorías: mejor álbum pop, artista emergente, producción musical (Montxo Burgos) y diseño gráfico (Creaciones Desastre). Para una recién llegada fue toda una gran recompensa, la síntesis del deseo y los sueños cumplidos. Componer, cantar, tocar, poder transmitirlo y que de algún modo mis canciones generen algún feedback es adrenalina pura para seguir en el camino, independientemente del destino. Canto lo que siento y siento lo que canto. Puede parecer una obviedad, y tal vez lo sea, pero así es y así os lo cuento. Me ayudo de los instrumentos que torpemente toco para sacar la emoción que, como dije en una ocasión, me desvela por la noche, retuerce las entrañas y se agolpa en mi garganta. Y a veces, ¡oye!, lo hago con gracia. Me llena de felicidad sentir y pensar que estoy AQUÍ y AHORA, aunque a veces la frustración también haga su aparición en todo esto, que ya sabemos de sus vericuetos. Pero de luces y sombras hablamos en otro momento.
El 18 de mayo estaré en formato acústico en dELUXE pop club y el 2 de junio, en la sala Carme Teatre, con banda. Además ese día saldrá mi segundo EP, Danzantes. Luego ya, el 22 de junio en Superlativo (Madrid).
ON TOUR YANN TIERSEN 2006
No me considero mitómana, de hecho soy la que se queda siempre fuera en esa conversación hablando del álbum “X”, que en el año “Y” sacó “Z” y se reeditó en “W”. Pero si de alguien soy fan absoluta es de Yann Tiersen. “On Tour” es el disco de la gira que hizo hace ya más de una década. Una pena que lo redescubriera tiempo después por las bandas sonoras que, como “Amélie” o “Good Bye, Lenin!”, le supondrían el reconocimiento del público a nivel mundial. Su paleta tímbrica, eclecticismo y versatilidad son admirables, al menos para mí. De este disco me quedo con un tema instrumental, muy minimalista, “Esther”. Para mí es el claro ejemplo de que en la sencillez reside la belleza y no puedo evitar que algo en él me evoque al impresionismo musical francés, aunque esto sea un atrevimiento por mi parte.
LAS HORAS STEPHEN DALDRY 2002
Narra la historia de cómo las tres mujeres protagonistas de este drama tratan de resolver sus vidas, atrapadas todas ellas en el tiempo y en sus circunstancias, teniendo como hilo conductor, además de la muerte y la homosexualidad, “Mrs. Dalloway”, la primera novela que Virginia Woolf (Nicole Kidman) escribe allá por los años veinte mientras lucha contra su locura. Treinta años después, aproximadamente, Laura Brown (Julianne Moore), encuentra en esta lectura, la revelación para cambiar radicalmente de vida. Siendo Clarissa Vaughan (Meryl Streep) la versión moderna de “Mrs. Dalloway” a finales de los 90. Tanto la trama como el reparto e interpretación actoral me parecen fabulosos. Es de esas películas que en cada visionado te descubren cosas que en el anterior se te escaparon. La primera vez que la vi creo que no entendí nada. Me fascina, siempre la volvería a ver, y estoy segura que descubriría algo diferente, así como nuevas interpretaciones.
AMORES DE SEGUNDA MANO ENRIQUE SERNA 1991
Descubrí a este escritor mexicano ojeando libros en la biblioteca municipal de la ciudad de Oaxaca. Recuerdo que me llamó mucho la atención su fisionomía, la de un hombre maduro con una mirada penetrante, así como el título de este libro. Sentí un pálpito: ¿quién no ha sentido alguna vez que estaba viviendo amores de segunda mano? Cuando algo me entra a la primera me resulta imposible desviar la atención, así que no paré hasta conseguirlo. Recuerdo que lo compré en una librería preciosa frente al lago del parque de Chapultepec (Ciudad de México). Me acompañó durante varios días en el metro, acostada en la cama, viajando… ¡y ya! porque lo devoré. Es un compendio de cuentos lo más alejados al romanticismo y a la cursilería amorosa. Personajes e historias que rozan lo esperpéntico y que suelen aparecer como antihéroes en la narración, damnificados sentimentales que viven historias de ¿”amor”? Muy recomendable.