Me llamo Nathan Jaime, tengo 21 años y soy de Valencia. Mi casa estaba -y sigue estando- llena de vinilos y cintas. Siempre hubo mucha cultura musical, y cuando era pequeño mis padres me regalaron una guitarra. Desde entonces la música ha sido mi mayor pasión, y me he pasado la mayor parte del tiempo practicando, componiendo y escuchando todo tipo de música.
Hice mis primeros conciertos a los 11 o 12 años, y aún sigo en ello, cada vez con más entusiasmo. Ahora, presento mi disco “This is not a love album”, con mi banda Color Sound. Tenemos una cita el próximo domingo 25 de febrero en el Palau de la Música, donde además adelantaremos canciones nuevas que pronto saldrán a la luz.
TOMMY THE WHO (1969)
Tommy es el disco de mi infancia. Es la primera ópera rock de la historia, aunque su puesto aún siga cuestionado, que cuenta la historia de un joven sordo, ciego y mudo que desarrolla un don jugando al pinball y gracias a una milagrosa cura se convierte en una especie de líder espiritual, con una especie de moraleja anti hippie al final. Me trae muy buenos recuerdos cada vez que lo escucho. Me sabía todo el disco en la guitarra, y no habría aprendido a componer de no haber sido por él.
2001: UNA ODISEA DEL ESPACIO STANLEY KUBRICK (1968)
No me fascina especialmente el género de ciencia ficción. Pero esta película va mucho más allá de la ciencia ficción. Para mí es toda una tragedia épica, una especie de epopeya filosófica. Lo bueno que tiene es que cada uno puede sacar sus propias conclusiones de su significado, e incluso tal vez no tenga ninguno. Si prestas atención a los detalles parece que la película te susurre la realidad de las cosas, que te incite a un viaje por los límites de la existencia. La música es una pasada también, y los silencios son terroríficos.
EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO J.D. SALINGER (1951)
No sé por qué me gusta tanto este libro, pero me identifiqué mucho con su protagonista, Holden Caulfield. En sí es una historia aburrida, pero es como estar dentro de la cabeza de un joven de 16 o 17 años, que ha llegado a un punto de tal indiferencia y repulsión ante la vida, que lo único que le consuela es fantasear con ideas inocentes como vivir en una cabaña y hacerse pasar por sordomudo el resto de su vida. Es una lucha interna entre la justicia, el amor y la inocencia, contra un título académico, un buen sueldo, y una palmadita en la espalda. Sería el libro perfecto para este siglo.