La evolución de la cultura popular es una constante desde que las historias de los pueblos del mundo comenzaron a mezclarse. Gracias a la capacidad de adaptación del ser humano este mestizaje ha supuesto el nacimiento de nuevas culturas que, a través de la música popular entre otras expresiones, están en evolución permanente gracias a los flujos migratorios.
A estas premisas responde la carrera de Santiago Auserón, desde que hace décadas decidiera dar carpetazo al que fuera el proyecto más interesante del rock español, Radio Futura, y así emprender un viaje de aprendizaje permanente. Como él mismo afirma en su libro El ritmo perdido, su creación musical ha estado centrada en canciones que reflejaran, de la manera más variada, la pervivencia de las influencias africanas. Para ello ha utilizado ritmos pasados y presentes, que le han permitido viajar desde los tangos africanos al jazz primigenio de Nueva Orleans y desde su adorado son cubano de La Habana al rock anglosajón.
Todo esto nos ofreció Santiago Auserón en su actuación del domingo 15 de septiembre en la sala José Iturbi del Palau de la Música, donde presentaba su nuevo proyecto La Academia Nocturna.
En la primera parte del concierto realizó un recorrido por su etapa como el trovador Juan Perro, con canciones que abarcaban su decena de discos en solitario. Así, de la mano de David Pastor a la trompeta, Vicenç Solsona a la guitarra, Isaac Coll al bajo, Gabriel Amargant al saxo y clarinete y Pere Foved a la batería, Auserón transitaba del jazz al son cubano, con variadas pinceladas pop. Desde canciones de su primer álbum Raíces al viento como “Perla oscura” hasta las más recientes “Quemando caña”, ”La última rosa”, “Collar de cuentas”, “Magnolia” o “Extraños deseos” pertenecientes a su último trabajo Libertad, el músico zaragozano fue construyendo una propuesta sonora, con la que demostraba porque es un referente cultural en nuestro país. Así siguió con canciones absolutamente brillantes como “Río negro”, “Los inadaptados”, “A morir amores” “En la frontera” o la maravillosa “No más lágrimas”.
La segunda y más breve parte del concierto sirvió a Auserón para reivindicar a la que fue su primera banda, Radio Futura; auténtica piedra angular del rock español. Comenzó recuperando una canción “El puente azul”, del que fuera su último trabajo Tierra para bailar, continuó con “El Canto del gallo” incluida en La canción de Juan Perro, para finalizar con las más celebradas por el público: “Semilla Negra” tema redondo de La Ley del desierto/La ley del mar, y esa obra maestra inconmensurable que es “La Estatua del jardín botánico”, con la que se despidió del público que llenaba el Palau de la Música. Un cierre de concierto que una vez más ponía en evidencia que no existe la nostalgia, solo las grandes canciones.