Juanjo Pérez (València, 1981) trabaja tocando en hospitales. Lo hace desde la fundación Músicos por la Salud, entidad que ejerce su actividad en todo el país y que ha realizado más de 4.750 microconciertos de manera presencial en 176 centros sociosanitarios. Desde el pasado mes de octubre y hasta diciembre, con la colaboración de la Vicepresidencia y Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana, la fundación está formando a 30 nuevos músicos para implementar la labor que Juanjo desarrolla desde hace un lustro. Hemos hablado con él desde la admiración que profesamos a alguien que dignifica un sector, el musical, al que acecha diariamente el síndrome del impostor cada vez que cuestionamos nuestro aporte real al bien común.
En 2015 nació la fundación Músicos por la Salud, que apoya a las personas que están en hospitales, centros sociosanitarios y centros asistenciales con microconciertos en estos espacios. ¿Cómo llegas al proyecto?
Recuerdo que era diciembre de 2016 y ojeaba un portal de empleo. Llamó mi atención un anuncio donde se buscaban músicos voluntarios para hospitales y centros de salud. Justamente, meses antes habían operado a mi madre, y para hacer su estancia más llevadera me llevé la guitarra. Entonces algo inusual y nunca visto. Le envié un mensaje a la Fundación y en febrero de 2017 estaba cantando por primera vez en la sala de un hospital. Nunca olvidaré esa sensación. Descubrí el inmenso poder de una canción. La música hacía brillar los ojos de pacientes y personal sanitario. Una sensación de bienestar flotaba en el aire.
¿Cómo era tu relación con la escena musical valenciana antes de involucrarte en Músicos por la Salud?
Siempre ha sido muy activa, dentro de mis posibilidades. Siempre he autoeditado mis discos y los he rodado por salas, cafés, pubs, festivales… Por ejemplo, los he presentado en Fnac San Agustín, Ámbito Cultural del Corte Inglés, Sala SGAE Centre Cultural, entre otros. Y ahora mismo estoy llevando de un lado para otro mi nuevo trabajo titulado ‘Lo que tu mapa no señala’, publicado en diciembre 2020.
Músicos por la Salud es una fundación de nivel nacional, financiada en nuestro territorio por la Generalitat Valenciana. ¿En qué hospitales valencianos trabajáis y cuántos músicos valencianos trabajáis en la fundación?
Prácticamente estamos en todos los hospitales de Valencia. Por ejemplo, ahora mismo después de la pandemia acudimos al Hospital Clínico y al Hospital La Fe de Valencia. Sin contar centros ocupacionales y residencias. Y actualmente somos un par de músicos visitando hospitales, centros y residencias.
En marzo de 2020 llega el confinamiento, y hasta hace apenas un mes escaso hubo restricciones para toda la ciudadanía, que a lo largo del tiempo pandémico más duro serían aún más estrictas en los hospitales y centros sanitarios. ¿Cómo afectó a vuestra labor?
Acudir de manera presencial era prácticamente imposible, así que adaptamos nuestra actividad a las exigencias del momento. Comenzamos a realizar microconciertos online. Vimos que de igual manera la música acompañaba a pacientes y familiares en unos momentos muy críticos. Esa era la idea: que indistintamente del canal llegara. Y llegó.
Llevas años publicando composiciones propias que presentas en salas y bares culturales de la ciudad y las comarcas valencianas, “Lo que tu mapa no señala” es tu quinto álbum de estudio, que por cierto presentas el viernes en el Centro Cívico de Port Saplaya a las 19h. ¿Cómo es repertorio que ofreces en los centros hospitalarios? ¿Cuántas versiones de clásicos llevas acumuladas a tus espaldas?
El repertorio es muy variado, según la edad del paciente y la sala. Depende del momento. Incluso si alguien quiere una canción concreta, la busco en internet y la cantamos. La improvisación es la mejor herramienta. La inmediatez es primordial. Por ejemplo, áreas como Psiquiatría, Reanimación, Hospital de día Oncología o Hemodiálisis requieren un planteamiento diferente y una puesta en escena distinta. En cuanto a versiones, ahora mismo en mi cancionero habrán más de 80 temas. Sin contar las veces que me piden tocar temas propios, ni los improvisados, que son bastantes. Y cada día va en aumento.
En mayo de 2020 grabaste una canción de homenaje al personal sanitario, “Cuándo podré verte dormir”, ensalzando la labor y el sacrificio, en muchos casos dando su vida, de aquellos que atendieron a los primeros enfermos de Covid-19 en los hospitales. Ha pasado un año y medio y la situación ha mejorado, España es puesto como ejemplo de eficacia en el proceso vacunación estatal por la OMS, pero desde algunos sectores políticos vuelven los mantras neoliberales de recortar en sanidad pública. ¿Algunos han olvidado demasiado rápido?
Cuando todo está en calma nadie se acuerda de la tempestad. Hemos podido comprobar que el sector sanitario es uno de los más necesarios y fundamentales. Hacer recortes en él es no mirar al pasado. Y pienso que se debe valorar al personal sanitario como se merece. Cuidarlo para que nos cuiden.
España es uno de los países con el porcentaje de vacunados más alto de la Unión Europea, parece que el movimiento antivacunas no ha calado tanto como en Alemania, Francia o Italia, no hablemos de algunos países del Este de Europa donde no llegan ni al 40% y están ahora mismo con los hospitales saturados. Como conocedor de primera mano de la situación en los centros sanitarios, ¿qué explicación le das a este movimiento antivacunas?
Los movimientos antivacunas o negacionistas son un peligro, en este caso para su propia salud, y en consecuencia para el resto de la población. Son personas desinformadas, que desean contagiar ese sentimiento a la ciudadanía. Son portadores de mensajes sin fundamento.