Nos vemos en una cervecería del barrio de Russafa con el vocalista y guitarra Diego Escriche y el batería Miguel J. Carmona. O lo que es lo mismo: el núcleo seminal de la banda valenciana de la que todo el mundo habla desde que editaran un EP llamado Un atasco (Sonido Muchacho, 2017), hace algo menos de un año. Son La Plata. El primero de ellos formó antes parte de Dreamy Eyes y Acapvulco. El segundo, de Teletexto o Thee Vertigos. El quinteto lo completan la bajista María Gea, la teclista Patricia Ferragud y el guitarrista Salvador Frasquet, también fogueados en proyectos locales.
Patricia Ferragud, Miguel J. Carmona, Diego Escriche, María Gea y Salvador Frasquet: La Plata. Por Alex Cascallana
Y les llega ahora la prueba del algodón: el debut en formato largo. Un álbum llamado Desorden (Sonido Muchacho, 2018), destinado a calar hondo, y que presentan el 10 de marzo en la sala 16 Toneladas de Valencia, en compañía de bandas amigas (los valencianos Fantastic Explosion, los alicantinos Futuro Terror, los bilbaínos Vulk, los barceloneses Heather o los madrileños Sierra) y algunos proyectos paralelos que ellos mismos mantienen, a veces en colaboración (Hyperclear, Alfa Estilo). Charlamos con ellos, largo y tendido. Y da gusto toparse con dos músicos jóvenes, desprovistos de las cautelas promocionales que encorsetan el discurso de otros compañeros mucho más curtidos. Con ellos, lo que ves es directamente lo que oyes.
¿Cómo lo vivís? ¿Os genera presión o mayor responsabilidad?
Carmona: Presión igual no, pero sí conciencia de tomártelo más en serio.
Diego: Yo creo que es una alegría. Mola porque te das cuenta de que lo que haces repercute de alguna manera, y te da ganas de hacer más cosas y seguir creando. Lo mejor es que haces algo y enseguida ves una respuesta en la gente. Te das cuenta de que vale para algo.
Carmona: Nos lo hubiéramos tomado en serio igual, porque somos muy obsesivos a la hora de componer y tocar, pero esto no deja de ser raro: a mi no me había pasado ni con Teletexto ni con Thee Vertigos, ni al resto de la banda. He hecho giras europeas de una forma muy do it yourself pero con La Plata es como que se te escapa un poco de las manos, no sé por qué. Es bueno de salida, claro. Se habla mucho de hype, pero en realidad no sabes cómo sucede. Ocurre, y ya está.
Remontémonos en el tiempo a antes del EP. Todo comienza con “Un atasco”, que le da nombre, y que surge como un tema que edita Diego antes por su cuenta, a quien luego se une Carmona y más tarde entran ya el resto de miembros. ¿Cuál es el momento en el que veis que ya hay grupo?
Diego: No tenía solo una, tenía varias ideas de canciones. Pero terminadas, solo dos, que eran “La Luz” y “Un atasco”. El resto eran ideas.
Carmona: Él y yo ya quedábamos anteriormente con la idea de formar una banda. La cosa se quedó en punto muerto, hasta que apareció un día con “Un atasco”, que es la que estaba completa de pe a pa. Me la enseñó y yo me quedé súper loco. Me flipaba. Él luego me confesó que la compuso pensando en mis baterías, y la verdad es que yo luego no tuve que añadir nada. Yo tenía la idea de formar un trío, pero él tenía muy claro que quería que hubiera más gente, que hubiera sintetizadores y otra guitarra, y ya durante ese año empezamos a tener claro lo que queríamos hacer.
¿Quién compone los temas?
Diego: Todo el contenido melódico suele ser mío, y luego con Carmona (así era en un principio, ahora ha cambiado un poquito) ya pulíamos las estructuras. Si el estribillo se repite dos o cuatro veces, por ejemplo, lo decidimos entre los dos.
Carmona: O los breaks, los detalles finales, todos los arreglos… si te fijas la batería va muy pegada a la guitarra a nivel rítmico en las tres canciones de nuestro EP del año pasado, a diferencia quizá de otras canciones que no son del EP sino del álbum, en las que empiezan a tener más importancia el teclado o el bajo.
Ya conocíais al resto de la banda, imagino que fue fácil reclutarlos…
Diego: María (Gea) y Salva (Frasquet) no se conocían entre ellos.
Carmona: Yo había quedado con Salva un día para ensayar, solo eso. Y a Patri (Ferragud) del Magazine y un par de conciertos. María estaba en Carmonas desde hacía tiempo.
Creo que en vuestro caso es la guitarra la que lleva el peso de las canciones, y lo que decís parece que me daría la razón, pese a la presencia de sintetizadores. Pero luego me ha hecho gracia toparme con que en vuestro bandcamp se define lo vuestro como nueva ola, mientras en vuestro facebook se alude al synth pop…
Diego: Sí, para ser synth pop tendríamos que tener dos o tres sintes más, creo.
Carmona: Y si te paras a pensar bien, nueva ola tampoco somos.
Diego: Lo hemos puesto como una etiqueta, como para salir un poco del paso, porque no sabíamos muy bien cómo etiquetarlo.
Luego hay una cosa que se copia y pega en la mayoría de webs que escriben sobre vosotros, cual papagayos, que es esto de “evocando a la música de baile que sonaba en las discotecas valencianas en los 90”, que se dice en vuestro bandcamp. Yo no lo veo. ¿Os referís a la herencia de la llamada Ruta?
Diego: No, no, evoca aquello pero no a la electrónica. Sí que hay una influencia muy grande de la primera época de la llamada Ruta del Bacalao, cuando se montaban conciertos y empezó toda la movida…
O sea, en los ochenta…
Diego: Sí, finales de los 80. Grupos de aquí como Ceremonia, el rollo oscuro que llegaba a las discotecas como Siouxsie & The Banshees, Sisters of Mercy…
Carmona: El tempo nuestro es acelerado, pero eso no significa ni mucho menos que se acerque a la música de baile de aquella época.
Me recuerda mucho vuestro sonido al de Antiguo Régimen, por el uso de los sintetizadores y por la estética conceptual de vuestras portadas.
Diego: Antiguo Régimen nos encantan, y son muy amigos. Le hemos visto muchas veces y siempre han sido un referente. Nos parece una banda genial, y ojalá no se hubieran separado.
¿Por qué una presentación con proyectos compartidos (Hyperclear, Alfa Estilo) y con tantas bandas amigas (Fantastic Explosion, Futuro Terror, Vulk o Sierra), al estilo Festunizer?
Carmona: Nos flipa el concepto del Festunizer. Se trata de agotar todas las entradas, despreocuparse de que la gente cobre lo que tenga que cobrar, que todo se comparta y que se haga todo de una forma muy familiar. Sin buscar patrocinadores, porque no nos salía a cuenta. Creemos en nuestra capacidad de comunicación e infraestructura como para hacer eso.
Diego: Volviendo a lo de antes, que se hable mucho del grupo, esto es también porque decimos tonterías que se nos ocurren y luego se pueden cumplir. Lo del festival fue pensarlo y hacerlo, que es algo muy guay, y a lo mejor en otro proyecto no lo puedes hacer.
Carmona: Todo este año pasado, que he estado haciendo de booker y cerrando bolos, con la ayuda de Sonido Muchacho, me he dado cuenta de que había que hacerlo rematadamente mal para que un concierto de La Plata saliera mal. Lunes o martes, tocáramos donde tocáramos, la cosa funcionaba.
“Mirando los porcentajes por edad de la gente que nos escucha por Spotify, aparte de que se nos escucha mucho en México, hay una cosa curiosa: quienes más nos escuchan son gente de 25 a 35 años, y no de 18 a 23. La mayoría son mayores que nosotros”
¿Cómo surge la grabación y producción con Carlos Hernández (tras Dani Cardona para el siete pulgadas) y la edición con Sonido Muchacho, que se remonta a aquellas tres canciones? ¿Fueron las primeras opciones?
Carmona: Con Luis (Fernández, de Sonido Muchacho) contactamos a través de Juventud Juché, que son amigos y también nos flipan. Aunque ahora tampoco existen. Luis es un personaje en la escena estatal porque está tan presente en el underground como en el mainstream, porque también trabaja para Music As Usual y Universal, y lo vimos muy factible porque nos gusta mucho Sonido Muchacho y hacen muy bien la comunicación y la prensa con sus bandas. Creo que es de los sellos independientes que mejor lo hacen. Fue el primero, y nos ha dado un montón de facilidades. Sí que hubo un poco de debate, o al menos de escuchar a todas las partes. Cuando fuimos a Barcelona estaba la gente de BCore o La Castanya, y aquí en Valencia hubo otros. Pero la relación con Sonido Muchacho empezó muy rápido y se quedó así.
Diego: El EP lo grabamos con Dani Cardona en su estudio, que tampoco está ahora: nada de lo que aparece en esta charla sobrevive…
Carmona: Igual estamos jodiéndolos a todos (risas)
Diego: Yo con Dani (Cardona) había grabado en anteriores proyectos, en El Sótano, en el Carmen, y nos ofreció grabar allí por muy poco dinero, porque el sello nos urgía para tenerlo rápido como promoción. Lo grabamos en cinco días. En cuanto lo tuvimos hizo la mezcla pero no nos convencía porque aunque sonaba muy bien, la veíamos algo clásica. Queríamos algo más compacto, más chafado, y ahí es cuando hablé con Luis para que me pusiera en contacto con Carlos Hernández, a quien llegué por lo mucho que me gustaban Disco Las Palmeras!, cuyo sonido en disco es de los que más me gustan a nivel nacional. Nos hizo precio para mezclar y masterizar el EP, y ya el álbum lo grabamos con él en Rivas Vaciamadrid. Nos quedamos a dormir en el estudio, una semana durmiendo todos en un par de sofás y una cama de matrimonio. Dormíamos en la sala de grabación y fue bastante divertido. Lo que esperábamos del sonido de Carlos lo tuvimos. Y fue muy bueno calmándonos, también, porque al ir con prisas, a mi en un momento me dio por escuchar todo desafinado, y me dijo que me fuera a dar una vuelta…
Carmona: Y como el centro comercial que hay allí es lo único cerca, tuvimos que mandarlo allí a que se tomara un café (risas). Fue un trabajo bastante obsesivo. Fuimos solo con siete temas cerrados (más los tres del EP, que también forman parte). Íbamos a grabar once en total, pero Carlos nos dijo de dejarlo en diez porque no iba a dar tiempo.
Sí que teníais claro que los tres del EP iban a entrar, ¿no?
Diego: Sí, de hecho ya lo grabamos como un adelanto de lo que estábamos haciendo. Pensando a la larga, a mi dentro de diez años me gustaría escuchar el disco entero, tal y como está, con las tres canciones del EP y las siete restantes. Al ser de la misma época, a mi me hace falta que estén todas juntas.
Foto: Olena Martynenko
De hecho, hay una cosa que se nota mucho en los álbumes de debut cuando están compuestos por material grabado en diferentes tandas a lo largo de dos, tres o cuatro años, y es que se nota en que el resultado global es un poco disperso. Creo que es algo que no ocurre con Desorden.
Diego: Sí, queríamos que todo tuviera un sentido, y al final lo tiene, tanto por lo que tratan los temas como por la forma en que están compuestos. Son fruto de una misma época.
Sobre el título y la portada: os van a decir lo del paralelismo con Joy Division hasta en la sopa…
Diego: Está genial, bien, bien. Nos encantan.
Carmona: Es que yo creo que es un poco un homenaje que está buscado…
Diego: Sí, sí, es por “Disorder”.
Carmona: Y luego lo de llamarlo Desorden es porque lo hay en La Plata, aunque la gente vea que todo está muy pulcro, muy acabado…
Diego: Lo hay, hay desorden en nuestra cabeza.
Carmona: Tienen coherencia todas las letras, sobre todo de este último año, en el que ha habido un poco, no diría que de caos, pero sí de cierto desorden porque nos han llamado de muchos sitios, se nos ha hecho mucho caso, y el disco representa todo el trabajo del año entero, por eso el EP tenía que estar dentro.
En cualquier caso, más allá de ese cierto desorden por la actividad incesante del grupo en los últimos tiempos, el título obedece más al contenido de las letras de las canciones, ¿no? Lo digo porque hay una cierta angustia vital, insatisfacción y confusión, casi existencialista, pero expresada con palabras sencillas, como pinceladas…
Diego: Cada canción son sentimientos encontrados, hemos intentado juntarlos todos en un disco. Y el titulo viene de ahí: mucha de la gente que conocemos ha tenido brotes psicóticos y problemas con el subconsciente, sin solucionar.
Aunque el disco es homogéneo, creo que hay un tema que se desmarca del resto: “Me voy”, que personalmente me recuerda a Los Planetas, por ritmo, estructura y letra.
Diego: La influencia principal en esa tema ha sido el “Waiting For My Man” de The Velvet Underground y Iceage, una banda danesa. Y a la hora de grabarla con Carlos ha sido cuando ha adquirido esa personalidad un poco de Los Planetas.
Carmona: Es de la primeras que hicimos, con un ritmo de batería repetitivo. Luego yo no pensé que al grabarla fuera a sonar así, que suena brutal. Pero sí, está grabada de una forma más planetera.
¿Estáis ahora mismo dedicando vuestro trabajo enteramente a La Plata?
Diego: No todos. Patricia está trabajando en un estudio de arquitectos de lunes a viernes y María estuvo trabajando en verano en diseños de webs, pero ahora creo que trabaja haciendo lo mismo desde casa. Yo trabajo como técnico en una sala.
Carmona: Salva es profesor de inglés, pero se lo dejó porque estaba un poco cansado de la academia en la que estaba. Intentamos salir adelante con el grupo, pero estamos en un momento en que es difícil.
Os lo pregunto también porque muchas veces parece que esa línea entre dedicarse de pleno a la música o combinarlo con otra ocupación puede acabar marcando la proyección de una banda. Y quizá en Valencia no abundan los músicos que apuestan decididamente por la música a tiempo completo, aunque sea en esa clásica fase, con veintipocos años, en la que aún te lo puedes permitir…
Diego: Eso fue algo que se decidió. Cuando empezamos a tocar tanto, sí que tuvimos una conversación en la que dijimos: ¿Qué hacemos? Sabíamos que si tocábamos tanto, los que trabajamos los fines de semana podríamos tocar menos. Fue ahí cuando llegamos a la conclusión de que lo mejor era intentarlo, que ahora mismo tenemos la edad para probarlo. Y ver si durante ese año iban las cosas a mejor. Y estamos en ello.
Carmona: Y sí que han ido mejor. Pero eso no quita para que tengamos que recurrir a trabajos temporales. Yo por ejemplo trabajo en verano, como monitor de natación, así que lo que gano en verano lo mantengo luego durante el año, o hago trabajos de imprenta también. Vas un poco picando de aquí y de allá, pero como todo el mundo. Sobre lo que decías acerca de la dedicación de los grupos valencianos, a veces no sé si creerme lo del sentimiento de inferioridad nuestro respecto a las capitales como Barcelona. Aunque también es verdad que tenemos unas barreras que a veces nos cuesta superar. Nosotros, como tenemos el sello en Madrid, mucha gente se piensa que somos de allí, por ejemplo. Y estando allí igual sí hay más facilidad para acceder a ciertas cosas, sin pasar por filtros.
Diego: Nos preguntaron una vez si éramos de Toledo, que es algo que me hizo mucha gracia. También en Valencia hay muchas bandas que no quieren profesionalizarse, y que no quieren llegar a un público más amplio, y es muy respetable. Por ejemplo, Antiguo Régimen, que no son más grandes porque no han querido. Se les ha ofrecido tocar en festivales y han dicho que no cuando lo han creído oportuno. Y así muchas.
Os he leído decir que os influye música de distintas décadas. Y eso me lleva a preguntaros si creéis que el acceso ilimitado y gratuito a toda la música posible, que es algo con lo que os habéis criado, os da cierta ventaja generacional frente a bandas de décadas anteriores, a la hora de asumir nutrientes de distintas épocas con total naturalidad. Por aquello de que los límites temporales se están difuminando.
Diego: Bueno, lo que hacemos nosotros queríamos que fuera algo sólido, pero de ningún género en concreto. Inventarnos nuestro propio género teniendo en cuenta unas pautas que nos pusimos. Dijimos: las guitarras tienen que ser así, los bajos van a ser así, la batería así y la voz así. Queríamos hacer música de manual, pero inventada. No siguiendo los patrones de la gente que hace solo psicodelia o solo post punk.
Carmona: Yo creo que tampoco te lo planteas.
Diego: Sí, yo sí, yo me lo planteé desde el primer momento.
Carmona: Pero básicamente podemos escuchar cosas de los 70 hasta los 2000. Inconscientemente influye.
Diego: Y sobre la libertad de poder escuchar tantas cosas, yo creo que sí que favorece que más gente haga música, y que esta sea más interesante. Cada día podemos escuchar un álbum entero y nuevo que nos guste. Es más fácil tener influencias no solo de décadas pasadas, sino de ayer mismo.
Supongo que lo más complicado es tramar una música que, aún remitiendo a muchas cosas de los 80, conecte con la gente que empiece a escuchar música hoy en día.
Diego: Muchas influencias del grupo no son tanto de los 80 como de los 2000. Teniendo en cuenta que esos grupos tienen, a su vez, influencias de los 80.
Carmona: Es como un filtro. Mirando los porcentajes por edad de la gente que nos escucha por Spotify, aparte de que se nos escucha mucho en México, hay una cosa curiosa: quienes más nos escuchan son gente de 25 a 35 años, y no de 18 a 23. La mayoría son mayores que nosotros. Al menos que Diego, que tiene 23.
Diego: Lo positivo es que te puede gustar con 40 años y con 20.