La Universitat de València localiza ‘Recuerdo de Valencia’, la obra desaparecida de Manuela Ballester

por | 27 mayo 2024 | Exposiciones

La Universitat de València ha producido y muestra en el Centre Cultural La Nau la mayor retrospectiva de la artista valenciana Manuela Ballester (1908-1994). Desde el pasado mes de marzo, coincidiendo con los actos en torno al 8-M y el 30 aniversario de su fallecimiento, la Universitat presentó esta exposición sobre esta artista valenciana de la generación de los 30. Pero la exposición todavía depararía una sorpresa más: ha permitido que la Universitat localice una obra que se creía desaparecida ‘Recuerdo de Valencia’.

Más de 380 obras y documentos para dar a conocer la prolífica trayectoria de una artista, con identidad propia, que merece un reconocimiento al margen de la figura de su marido, el también artista Josep Renau.

‘Recuerdo de Valencia’ se ha presentado esta mañana en la Sala Acadèmia, uno de los espacios de la exposición, en un acto presidido por la rectora, Maria Vicenta Mestre y con la presencia de la vicerrectora de Cultura y Sociedad, Ester Alba y la comisaria de la exposición, Carmen Gaitán Salinas.

La rectora ha agradecido la generosidad de Manuel Sánchez, propietario de la obra, y al equipo del Vicerrectorado de Cultura y Sociedad por hacer posible esta gran retrospectiva “que reivindica no solo la figura de Manuela Ballester, importantísima, sino también la de todas las creadoras y la de toda una generación condenada por el drama del exilio”. Mavi Mestre también ha recordado a los 50 prestamistas privados que han hecho posible que la Universitat de València haya producido esta magnífica exposición en el año que la institución celebra el 525 cumpleaños.

La vicerrectora Ester Alba ha detallado el amplio programa de actividades complementarias y ha subrayado el interés institucional porque la exposición itinere en el ámbito nacional e internacional. Manuel Sánchez ha explicado que la obra llegó a sus manos a través de sus abuelos, que también eran artistas. Sánchez ha añadido que entre los exiliados había una gran confraternidad.

La llegada de esta obra a la Universitat de València

Tras la inauguración, según explica la comisaria, “muchas personas han contactado con nosotros para aproximarnos a Manuela Ballester”. De hecho, la singularidad de la exposición radica en que se ha convertido “en el punto de encuentro” de obras de más de 50 prestadores privados que conservaban piezas de una artista con una extensa producción, fuera y dentro de España. Y entre estas contribuciones la “sorpresa” se produjo hace menos de un mes, a través del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, que permitió localizar una pintura que se pensaba perdida y que tiene gran importancia en la producción artística de Manuela Ballester, tanto por su significado como por el contexto y presentación de la misma. Se trata de ‘Recuerdo de Valencia’, una obra pintada en 1939, que curiosamente se encontraba en Madrid, cuando siempre se había pensado que estaba en México, porque fue una de las primeras obras creadas por la artista en la diáspora mexicana.

En esta obra se representa el busto de una mujer, cuyo cuello está adornado con elementos marinos dentro de una urna, una imagen algo atípica, con inspiración dadaísta. El torso precintado en cristal de la mujer descansa sobre una tela roja y mira a un cortinaje, verde y blanco, que ondea como si se tratara de una bandera, en una composición cuyos colores coinciden con el cromatismo de la bandera mexicana: verde, blanco y rojo. La imagen tiene cierto aspecto escenográfico, característica presente también en otras obras de Ballester, según explica la comisaria. La mujer mira hacia ese cortinaje ondulante y da la espalda a los fondos marinos, con barcas en la playa, que se repiten en varias piezas a lo largo de su trayectoria y que podrían recordar una imagen de una Valencia, que ya Ballester dejó atrás.

‘Recuerdo de Valencia’ detalla Carmen Gaitán Salinas, evoca a una Valencia que años más tarde la artista leería en el libro de Azorín, cuyas impresiones anotó en sus diarios, haciendo referencia a esa Valencia que lleva en su sangre. En sus cuadernos, Manuela expresa que quiere ser más intensamente valenciana, más intensamente española, expresando un anhelo por la patria perdida que estará siempre presente en su trayectoria.

La obra, un óleo sobre tabla, fue expuesta en la muestra ‘Pintura en el destierro’, organizada por la Casa de la Cultura Española en México en marzo de 1940. Esta muestra marcó la inauguración del centro, creado como sede de la Junta de Cultura Española. Esta había sido fundada originariamente en París con la colaboración de Picasso y presidida por José Bergamín, con el objetivo de evitar la disgregación intelectual española causada por la guerra y el exilio. La muestra se anunció como una exposición colectiva de pintura española moderna y fue tan sonada que se dedicaron espacios en revistas del exilio, como ‘Romance. Revista Popular Hispanoamericana’.

En un principio se pensaba que la pintura estaba perdida porque, además, según la investigación de la comisaria, en 1974, se conoció por otros materiales, que Manuela Ballester realizó una versión muy similar de este ‘Recuerdo de Valencia’ y lo tituló igual. Entonces, el hecho de que hiciera una segunda versión, ya tan tardía, llevó a pensar, que esta segunda versión rememoraba la primera que había desparecido y que la Universitat ha logrado localizar.

‘Recuerdo de Valencia’ es importante porque constituye una de las primeras obras que Ballester pintó en la diáspora republicana y posiblemente una de las primeras que realizó en su país de acogida, México. Sitúa a Ballester como una parte fundamental del entramado cultural de una España que luchó sin descanso por los valores democráticos.

La exposición, ‘Manuela Ballester. Pintar frente a todo’ es fruto de una década de minuciosa investigación y está comisariada por Carmen Gaitán Salinas, científica titular del Departamento de Historia del Arte y Patrimonio del Instituto de Historia CSIC. La muestra quiere contribuir a comprender el alcance y la importancia de la actividad artística de la pintora, al tiempo que arroja luz sobre obras inéditas y se establece como la primera gran retrospectiva de la artista que aúna numerosas y heterogéneas obras, por su formato, lenguaje y técnica, de su extensa producción, fuera y dentro de España. Desde Valencia pasando por el exilio mexicano y la República Democrática Alemana: experimentó una vida entre pinceles, murales y luchas personales. La exposición integra pinturas -incluidos retratos, género pictórico en el que la artista destacó-, ilustraciones en revistas y portadas para editoriales, figurines de modas, carteles y proyectos murales y publicitarios. Estas obras se ponen en contexto con fotografías, publicaciones y documentos de archivo que ayudan a conocer su compleja trayectoria.

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