Los hermanos extremeños Xoxe Tetano y Rafa Filete forman junto a la sueca Leli Loro, Los Ganglios. Sospechamos que estos no son sus nombres verdaderos, pero no nos importa. Teniendo en cuenta que Joe Crepúsculo los recomienda, nos podemos imaginar los mimbres con los que estos vándalos tejen su propuesta.
En 2011 Cataclismo electoral supuso su descacharrado aterrizaje. Un repaso alucinado al panorama político, lleno de ironía y motivaciones bizarras. «Baila usted muy bien para ser un misógino ultracatólico», es uno de sus estribillos más coreados. En sus canciones despliegan un surrealismo ibérico a lomos de Los Punsetes o Ciclos Iturgaiz. Con su estilo porc-puerco (han sido ellos mismos los que han acuñado esta etiqueta), disparan sin piedad en «El héroe de la transición». Y en «La cucaña» se atreven a bailar un chotis agarrados a Fraga, recordando su mítico baño en Palomares. Poco después, con «La guapa y los ninjas», nos introdujeron en un Badajoz futuro, mutante y nuclear. La prolongación de un mundo delirante que alcanza únicamente pleno significado a través de unos vídeos delirantes y llenos de un ingenio perverso al borde del manicomio.
Seguidores del hedonismo estrambótico de Hidrogenesse, capaces de hacer aterrizar a Pasolini, Góngora o Terenci Moix en sus composiciones, convocan la cita barroca y la intención desvergonzada. No sienten respeto por nada. Mediante un gamberrismo ilustrado, atentan contra los símbolos más arraigados del casticismo: «Color de rosa» le pinta al Caudillo la cara de amarillo, «Babieca hiede» la toma con el inmaculado caballo del Cid, y en «El Quijote P», buscando la adaptación de Orson Welles, topan con una versión pornográfica para dibujos de la inmortal obra de Cervantes. «¿Qué guarrería es ésta? Ya no hay respeto por las obras maestras», exclamamos con ellos.
En su última fechoría musical, Lubricante, desde «Yayo Umberto» al palíndromo del señor goloso logroñés, logran un desparrame lleno de humor y visiones enloquecidas, servido en una electrónica mucho más cuidada. Apuntan contra los sinsentidos a los que nos aboca la vida moderna y el uso de las nuevas tecnologías. Una tecno-paranoia afilada y lúdica que no cae en el ánimo agorero de la serie «Black Mirror». Y todo ello sin dejar de dar tumbos a base de tecno bakala.
Para ellos «LOL», más que un acrónimo para expresar hilaridad, es también una muestra sangrante de la escasez lingüística en la red. En «Infocreación» reflexionan sobre internet como súmmum de la pérdida inútil de tiempo, y le pintan una cresta punk a Julio Iglesias, mientras no les tiembla el pulso al homenajear «I am the Walrus» de los Beatles. «Calvario» nos habla desde el futuro con un ritmo nostálgico, hasta que nos sorprende con un giro reggaetonero. El domingo 14 de febrero estarán en la Terrassa Movistar de Espai Rambleta.