Dicen que las ciudades configuran su historia a partir de los hechos y de las personas que las habitan a lo largo del tiempo. Que además, el paso del tiempo no es motivo para el olvido de lo acontecido, sino todo lo contrario, sirve para acrecentar el interés por los hechos históricos y otorgar un merecido reconocimiento a aquellas personas que, de una manera u otra, forman parte destacada de la historia de su localidad. Las ciudades británicas son el caso paradigmático de esto, mientras que, reconozcámoslo, en València es casi siempre todo lo contrario.
Esto explica que haya caído en el olvido el hecho de que València fuera, tras Madrid, la preferida por Federico García Lorca para hacer sus estrenos teatrales, o que una figura tan importante como Antonio Segura, uno de los guionistas de cómic más importantes de Europa, no sea reivindicado como debería. Encontramos un ejemplo más reciente en el técnico de sonido, productor y promotor musical Pepe Sena, que nos dejó a mediados de 2021.
Sena mostró un apetito voraz por todo aquello que significara música, buscando acercar València y nuestro país a un entorno que nos sacaba años de ventaja, víctima de la cerrazón cultural impuesta por la dictadura. No es de extrañar por ello, que ya a mediados de la década de los años 60 hiciera sus primeros pinitos como deejay ocasional para las fiestas que se organizaban en las nacientes urbanizaciones cercanas a València.
Pero sería la apertura de la discoteca Calavera, en 1967, en el Perellonet, lo que marcaría la trayectoria vital y profesional de Sena. Calavera le permitió hacerse con discos de soul, pop psicodélico y rock en sus múltiples acepciones, brindando sesiones en las que amenizaba el local y a la vez le permitía dar a conocer artistas punteros y también minoritarios, pero fundamentales en el devenir de la música popular. Calavera, en el que también estaba Rafael Montesinos, sigue abierto hoy en día.
Pero una persona inquieta como él, tenía que ampliar sus miras y objetivos. Así decidió marchar a Londres para comprar el equipo que le permitiera montar su propia empresa llamada Song and Light, y debutar como técnico de sonido encargándose del backline de los grupos. Serán precisamente las bandas que vengan de fuera de València las que permitirán consolidar su empresa de alquiler de equipos, Sonorizaciones Z.
En esa época se asoció con Miguel Ríos. El músico granadino se encargaba de comprar el equipo, mientras Sena se dedicaba al mantenimiento del mismo y a subcontratarlo a otros grupos. Con la necesidad de ampliar el material adquirido, así como mejorar los equipos, Pepe Sena se unirá a Alfonso Olcina, dotando a su empresa de una contrastada profesionalidad, que se verá retroalimentada por un peso creciente de la industria discográfica en España.
Cada vez más, los artistas foráneos contratarán los servicios de la empresa de Sena para sus conciertos en València. Músicos de la talla de Miles Davis, Chet Baker (su músico preferido), Chick Corea, Ray Charles, Nina Simone, Diana Krall, Iggy Pop o Alice Cooper, tocaran en València con la tranquilidad de tener a Pepe Sena entre bastidores. Y es que él era técnico de todos ellos y a veces incluso promotor.
Para Pepe Sena toda la ciudad era un escenario, aprovechando todos los espacios públicos y privados. Bien fuera sonorizando el Teatro Principal, la sala Quatre para los músicos de jazz que llevaba Julio Martí, el Palau de la Música o la sala Bony de Torrent, en la que también programaba. Era todo un ejemplo de eclecticismo musical, abarcando desde el jazz y el blues hasta el rock and roll más plural.
Esto quedó patente de nuevo cuando participó, junto a Salvador Sinisterra, como promotor y productor en el Greenspace, que emplazado en las naves portuarias de la calle Joan Verdeguer, se convirtió en el único recinto de València en poder albergar a 5.000 personas. La estéril y despilfarradora Fórmula 1 se llevó por delante el proyecto, y con él, al embrión del festival urbano que probablemente València necesitaba.
Una figura como la de Pepe Sena debe no solo ser recordada, sino también reivindicada en una ciudad que ha empezado a corregir los debes que tenía con la cultura y sus protagonistas, pero a la que aún le queda camino por recorrer y en el que el reconocimiento a Pepe Sena podría ser el inicio para subsanar años de olvidos.