The Velvet Underground supieron leer que algo no iba bien en los felices años sesenta. Fueron el contrapunto al verano del amor y de la paz. Se anticiparon al glam y al punk, desafiando en sus canciones a las normas del capitalismo estadounidense, pero también a la alternativa difusa que representaba Woodstock. Rafa Cervera ha escrito un relato del grupo, de cada uno de sus miembros y de los personajes que revolotearon a su alrededor. De su relación con el cine, la moda y la música, desde la perspectiva del que es investigador a la vez que admirador confeso. Narrado como si una de sus novelas se tratara, el escritor sumerge al lector en unos años efervescentes, atrapándolo en la trama que va trazando con cada personaje, con cada canción, con cada momento que cobra importancia de inmediato.
De un tiempo a esta parte has estado centrado en escribir novelas, alejándote en cierta manera de libros sobre música. ¿Qué te ha llevado a escribir de nuevo sobre música, sobre rock y especialmente sobre The Velvet Underground?
La idea de escribir un libro sobre música no me apetecía lo más mínimo pero cuando me propusieron hacer el libro sobre los Velvet, me di cuenta de que tenía que hacerlo. Sin Lou Reed y los Velvet yo nunca habría sido escritor ni periodista musical. He querido poner al servicio de su historia toda la experiencia acumulada, la profesional y la vital. Contarlos como cuento yo las cosas a mis 60 años. Y de paso, desmontar algunos tópicos y aportar una necesaria perspectiva contemporánea. Quitarle el olor a naftalina que tienen otros relatos firmados por gente que, por supuesto, hará todo lo posible por hacer creer al público que cualquier acierto respecto a la difusión del grupo siempre será exclusivamente suyo.
Se ha escrito muchas veces que The Velvet Underground y su primer álbum tuvo muy poca repercusión, pero que todos aquellos que lo escucharon crearon un grupo. ¿Qué opinas al respecto?
Opino que esa frase es un lugar común. Era válida en 1977, pero en 2023 da una pereza tremenda. Hay una parte de la música popular que no se entiende sin Velvet Underground. Bowie, el punk, el underground neoyorquino, el rock ruidoso, incluso la primera generación de bandas electrónicas inglesas. Todo eso ya es también historia y eso implica que sí, que la famosa frase de Eno es tan cierta como anticuada. Eno dijo otras cosas muy interesantes sobre el grupo que nadie cita habitualmente. Algunas de ellas están en mi libro.
Tú mismo encaminaste tu profesión como periodista musical gracias al impacto que el grupo neoyorquino tuvo en tu adolescencia. ¿Cómo te ha marcado después para tu singladura como periodista y escritor?
Sin Velvet Underground yo no sería la persona que soy. Su música y todo lo que les rodeaba me abrieron los ojos a una edad muy temprana. Su manera de expresar la realidad me pervirtió. Hay gente que está en deuda con su profesor de latín, yo estoy en deuda con ese grupo, con sus miembros y con Andy Warhol. También te digo que no siento que deba llevar a cabo ninguna misión divina. Hay muchas cosas sobre las que me gusta escribir y en las que me gusta trabajar. Eso sí, con este libro siento que concluyo un ciclo vital.
Afirmas en el libro que The Velvet Underground eran también fotografía, cine, moda y que por ello hay que estudiarlos. ¿Es en cierta manera reivindicar la vigencia del grupo lo que pretendes contar?
Claro. Parece que un grupo así es patrimonio exclusivo del ámbito del rock & roll. Otra idea muy anticuada. El rock & roll es un género que ha dado artistas y obras universales. Eso significa que ya no pertenecen únicamente a los amantes del rock & roll de la misma manera que Miles Davis no pertenece únicamente a los amantes del jazz, ni Camarón a los del flamenco. Los Velvet han inspirado a todo tipo de artistas, no solamente a músicos. Modistos, fotógrafos, cineastas, artistas plásticos. Su presencia va más allá de lo musical.
En el libro haces un acercamiento pormenorizado a cada uno de los miembros del grupo, otorgándoles a cada uno de ellos la importancia real que tuvieron. ¿Crees necesario destacar que la colectividad creativa que el grupo supuso un aspecto referencial del mismo?
Le doy ese tratamiento a los protagonistas porque quería tratarlos, en la medida de lo posible, como si fuesen personajes de una novela. Quería presentarlos como individuos, no ir directamente a los aspectos musicales y pasar por alto datos biográficos que me parecen muy interesantes y necesarios para entender lo que ocurre cuando empiezan a interrelacionarse unos con otros. También quería poner de relieve dos cosas: el influjo de la sensibilidad gay de Warhol en el grupo y en Lou Reed, y la presencia e importancia de una serie de mujeres como la periodista Mary Harron, la primera en preocuparse por hablar con los miembros menos estelares del grupo.
Una de las características más importantes que destacas del grupo es cuando apuntas como avanzaron temas a contracorriente. ¿Eran conscientes que ello les alejaría por completo de cualquier posibilidad de éxito comercial?
Creo que no, que durante toda su trayectoria acariciaron la idea de que les llegaría un cierto reconocimiento popular, un impacto comercial. Al margen de los experimentos, tenían muy buenas canciones pero el mundo no estaba preparado para lo que hacían. Su gran mérito fue también su maldición. Eran políticamente incorrectos. Un panda de siniestros que llegó a la California hippie igual que una tormenta de granizo en un día de sol. Me parece maravilloso.
Una de las coincidencias de The Velvet Underground con The Beatles se dio a partir de la publicación de Sgt Pepper’s, en 1967, que además coincide con la publicación su primer trabajo. ¿Esa conexión entre los dos grupos más vanguardistas de la historia del rock cierra esa polémica absurda que suele anteponer una banda a otra con criterios más bien subjetivos?
Para mí no hay polémica alguna. Hay gente que cree que el reverso de los Beatles eran los Stones. El tiempo ha demostrado que no, que ese reverso lo encarnaron los Velvet. En un año clave como fue 1967, ellos representaban todo lo contrario a los Beatles, pero eso no significa que fuesen grupos antagónicos.
¿Qué le dirías a una persona que no conociera a la banda neoyorquina para que se animara a leer este libro?
Le diría que se anime, que la historia está contada de una manera rigurosa pero amena. En inglés hay escritos libros imprescindibles como ‘White Light/White Heat. The Velvet Underground Day-By-Day’, de Richie Unterberger, que hace un recuento diario de los pasos del grupo y de cada uno de sus miembros. Es un increíble banco de datos. Pero quien quiera escuchar la historia narrada casi como si fuese una novela, que se lea el mío. Nadie ha planteado este relato de esta manera en castellano, pero casi me atrevería a decir que tampoco en inglés. Una de las cosas que me impresionaba de Lou Reed cuando leía sus entrevistas a los 15 años era lo chulito que era. Jamás tendré ni una milésima parte de su talento, pero con mi bagaje y mi edad he decidido darme licencia para ejercer yo también de chulito. Vivimos en la era del narcisismo y la desmesura, ¿verdad?