Parece increíble, pero en un pueblo valenciano de montaña de algo más de mil habitantes se cuecen, desde hace algunos años, las canciones de uno de los mejores legatarios de ese pop indie neozelandés que maravilló al mundo – bueno, a parte de él – hace ya tres décadas. Se trata de Chelva y de Scott Manion. Heredero de la tradición marcada por bandas como The Chills o The Clean y solistas como Chris Knox, buen amigo de Lawrence Arabia (otra de las delicatessen kiwi de las últimas temporadas) y copropietario del sello neozelandés Lil’ Chief, Manion estará el próximo 7 de junio en el Centre Excursionista de València presentando (precisamente junto a Lawrence Arabia) las canciones de su extraordinario Loving Echoes (2019), un primer disco en solitario – tras formar parte hace años de The Tokey Tones – en el que nos es difícil dar con ecos que van de Brian Wilson y la tradición del Brill Building al indie más delicado de los últimos tiempos. Él mismo nos lo cuenta.
Foto: Julie Karpodoni
¿Cómo acaba un neozelandés como tú viviendo Chelva (Valencia)? ¿Cuánto tiempo llevas por aquí?
Vine por primera vez a Chelva en 2013, así que llevo por aquí ya seis años. Después de dejar Nueva Zelanda en 2009, estuve viviendo en Londres y luego en Gales, pero quería encontrar un lugar donde pudiera dedicar más tiempo a trabajar en mi música y en algún lugar donde el cielo no estuviera gris todo el año. ¡Quizá tan solo necesitaba algo de Vitamina D!. Buscando por internet encontré una residencia dirigida por una pareja de artistas sonoros holandeses, Peter Bosch y Simone Simons, en Chelva. Nunca tuve la idea de vivir en este país, pero lo visité y me encantó la ciudad, ¡Y no me he ido desde entonces!
¿Qué es lo que más te atrajo de Chelva?
Para mí es muy exótico. Nueva Zelanda es un país hermoso con muchos paisajes diferentes, pero no hay nada como esto. Chelva logra crear una sensación muy especial, con la ciudad medieval situada entre los olivares y los almendros, el río en el valle y el Pico del Remedio mirando hacia abajo. Me dí cuenta de que la gente es realmente cálida y acogedora, y las fiestas de Chelva y de España en general fueron una nueva experiencia para mí. Me encantó. También es un gran lugar para grabar, ya que la mayoría del tiempo es un lugar bastante silencioso.
¿Tienes tu propio estudio ahí?
Sí, llevé mi equipo e instrumentos de grabación desde el Reino Unido, y luego envié más cosas que tenía almacenadas o en casas de amigos en Nueva Zelanda. También pude usar algunos sintetizadores analógicos viejos y máquinas de percusión pertenecientes a Peter y Simone. Las dos casas en las que he vivido aquí están en el casco antiguo y tienen arcos entre las vigas de madera, lo que creo que ayuda a la acústica de alguna manera.
Clara Viñals, de Renaldo & Clara, colaboran contigo “You Kinda Love” and “Somebody Else’s Dream”. ¿Cómo les conociste?
Conocí a Clara en 2015 en Sitges. Soy copropietario de un sello discográfico de Nueva Zelanda (Lil ’Chief Records) y uno de nuestros artistas, Princess Chelsea, estaba de gira por España en ese momento. Renaldo & Clara fueron sus telonreos en Sitges. Clara tiene una voz muy bonita, que me recuerda a algunos cantantes clásicos de los sesenta, y pensé que podría funcionar bien con la mía en una canción en la que estaba trabajando en ese momento, que era «Your Kinda Love». Salió francamente bien, por lo que más tarde le pedí que cantara también en «Somebody Else´s Dream», que es una canción un poco inusual, pero una de mis favoritas en el álbum.
Cuéntame algo sobre tu amistad con James Milne (Lawrence Arabia) Entiendo que sois amigos desde que vivías aún en Nueva Zelanda ¿Es así?
Sí, conozco a James desde hace muchos años, desde que se mudó de Christchurch a Auckland. Era muy talentoso, pero antes de lanzar su propia música, se unió a la antigua banda de Jonathan Bree, The Brunettes, que fue el primer lanzamiento de mi sello. Más tarde lanzamos el primer álbum de Lawrence Arabia y su increíble banda con Ryan McPhun, The Reduction Agents. Cada vez que regresaba a Nueva Zelanda para tocar en un directo, él solía tocar conmigo, y ha venido a verme a Chelva varias veces mientras estaba de gira, que es cuando añadimos sus contribuciones a mi nuevo álbum: voz, algo de piano eléctrico y bajo, fundamentalmente.
¿Crees que compartís una sensibilidad similar hacia la música pop?
Creo que ambos apreciamos eso que James describe como un pop a la antigua: artistas clásicos de los años sesenta y setenta como The Beatles, The Beach Boys, The Kinks, Lou Reed o Serge Gainsbourg. Ambos estamos muy interesados en la melodía, la armonía y una paleta de instrumentos que va más allá de la guitarra, el bajo y la batería. Por supuesto, hay muchas otras influencias allí, y diferencias en nuestros sonidos, pero existe esa base.
Editaste un par de discos en 2003 con The Tokey Tones, y entonces te fuiste al Reino Unido Es un trayecto que han hecho muchos músicos de tu país, y también muchos de Australia. ¿Crees que para vivir de la música es necesario salir de vuestro países?
No, no necesariamente, o al menos esa no es la razón por la que me fui de Nueva Zelanda. Sin duda, lo hace más fácil para las giras, ya que el coste para algunas de las otras bandas de mi sello que vienen de Nueva Zelanda ha sido astronómico, y hay muchos artistas que se han trasladado al Reino Unido o a los Estados Unidos para intentarlo. Estar en Europa también ha ayudado mucho con los pedidos por correo de la discográfica. Hacemos los vinilos y los cedés aquí, ya que la mayoría de la gente que nos compra por internet vive en Europa o en los Estados Unidos, por lo que es más barato enviarlos desde España. Pero mis motivaciones para irme fueron en realidad porque quería ver cosas y experimentar todo aquello que el mundo podía ofrecerme.
Te describes como un perfeccionista obsesivo, al borde de la locura. ¿Te consideras un control freak del estudio, como llegó a ser Brian Wilson, uno de los nombres que más se mencionan en tus reseñas?
He vuelto locos a mis amigos con mi obsesión por los pequeños detalles, ¡Lo reconozco! Particularmente a Ryan McPhun (de The Ruby Suns), quien co-produjo el disco. Fue muy difícil para mí dejarlo correr y dejar de modificar las cosas. Especialmente con todas las canciones que había grabado y descartado antes de este álbum. Pero es una extraña clase de perfeccionismo, ya que las grabaciones no son perfectas, y de hecho, me gusta escuchar algunos ruidos y sonidos, tanto los que vienen de dentro como de fuera del estudio: las aves, por ejemplo. Así que sí, supongo que hay un cierto carácter controlador que comparto con Brian Wilson. Él también ha sido una gran influencia, escuchar Pet Sounds por primera vez fue una experiencia espiritual, y luego estar detrás de las copias piratas de Smile antes de que se lanzara oficialmente…
¿Reconoces la influencia de las bandas del sello Flying Nun y del sonido Dunedin, grupos como The Chills, The Clean, The Bats, que hicieron historia en el pop indie de tu país hace más de treinta años?
¡Totalmente! Adoro a esas bandas. Me inspiró su música, pero también el hecho de que era un sello independiente que logró encontrar una audiencia fuera de Nueva Zelanda. Aunque nunca quise copiar el sonido exactamente, y hubo una época en que fui muy escéptico con quienes lo intentaron. En el pasado he tocado canciones de The Chills en directo, y un gran momento para mí fue tocar con David Kilgour de The Clean. Chris Knox también es buen amigo mío, y pese a haber sufrido un ataque al corazón hace unos años, pudo pegarle una escucha a muchas de las canciones que acabaron formando luego parte de mi álbum.
¿Cómo describirías tu música al público español que no te conoce?
La verdad es que nunca sé cómo describir mi música. ¿Psicodelia? ¿Pop de dormitorio? ¿Pop de cámara? Obviamente hay influencias del pasado, y un poco del presente, algunas de las cuales he mencionado antes, pero las combino a mi manera y con mis propias limitaciones en algo que espero que no suene a nada más. Utilizo instrumentos típicos del rock como la guitarra, el bajo y la batería, pero también mucho piano y sintetizadores, combinados con instrumentos más clásicos como el glockenspiel, la trompa, el violín y el cello. Como dices, cuando la gente habla de mi música, Brian Wilson aparece a menudo. Pero también lo he visto comparado a Neil Young, Sparklehorse, Young Marble Giants. Incluso en una crítica que le leído hoy alguien ha sugerido a Daniel Johnston, algo que es realmente halagador. Creo que cada persona escucha cosas distintas.
¿Qué podemos esperar de tus conciertos?
Haré dos conciertos en junio con Lawrence Arabia: el 6 en el Espai Zowie de Barcelona y el 7 de junio en el Centro Excursionista de Valencia. Tengo una banda increíble, con Clara Viñals en la guitarra, Ryan McPhun a la batería, Eloy Bernal a los teclados y Jonathan Pearce (de The Beths) a bajo. Mi bajista habitual es Xavi Muñoz, pero estará de gira con otra banda en el momento.