Uno no elige la época que le ha tocado vivir pero sí las canciones que le han de acompañar. Si en el principio fue el verbo convendría no olvidar el valor de las palabras. Tampoco es prudente ignorar el peso de la realidad y el estruendo de las vidas que se rompen. Regresó Antonio Luque a Valencia por segunda vez en pocos meses para presentar en directo ‘Cal viva’ en el Loco Club, el pasado viernes 15 de noviembre. No sabíamos qué pasaría.
Por la mañana de ese viernes, el presidente Carlos Mazón, traje azul, camisa blanca, corbata negra y corte de pelo pulcro, se esforzó en Les Corts por eludir sus responsabilidades y por culpar al “sistema” de los errores de gestión. Los relatos son eficaces mientras no se vean superados por la realidad descarnada. En esas ocasiones el protocolo 11M para reconducir crisis podría no ser suficiente.
A eso de las diez Sr. Chinarro compareció en el escenario en formato de cuarteto: dos guitarras, bajo y batería. El sevillano reconoció que no tenía muy claro lo que se iba a encontrar. Valencia sigue en estado de shock, conmocionada y dolida. El desastre es superlativo y las historias de desgracias y pérdidas nos hacen volver constantemente a ese martes donde el agua lo anegó todo. La banda notó en seguida el ambiente pesaroso y agradeció la respuesta de un público que respondió a la cita. Desde el primer acorde se percibió la seriedad con la que se tomaron el envite.
Los tiempos líquidos que acuñó Bauman a principios de siglo XXI se han vuelto histéricos a ritmo de bulo y TikTok. En este contexto alucinado e histriónico, que un creador como el sevillano se presente con su álbum diecinueve debajo del brazo es todo un ejercicio de resistencia y de reafirmación personal. Algunos de los congregados lo seguimos desde su debut con el epé ‘Pequeño Circo’ y el cedé de los cactus, otros muchos se sumaron después tocados por la gracia de temas tan resultones y brillantes como ‘El Rayo verde’, ‘Una llamada a la acción’, ‘Del montón’ o ‘Babieca’, que sonaron en el concierto. Con qué convencimiento cantaron los más fans.
Los artistas de trayectoria larga terminan compitiendo con las novedades ingentes y con su obra. Está dificultad añadida exige mayor esfuerzo para ganar atención en las estanterías de la tienda de discos y en el cartel del festival. A este respecto, parece que esta última entrega ha conseguido ese difícil objetivo; el periodista Carlos Pérez de Ziriza afirmó en Rockdeluxe que era uno de sus mejores discos, de los más completos e inspirados de su carrera. La otra noche esas melodías fueron la columna vertebral del setlist. Algunos temas como ‘Exvoto’, ‘El muelle 1’ o ‘V de victoria’ podrían pasar a formar parte de la lista de esenciales.
El concierto fue sobrio y vibrante, el formato elegido dejó fuera los vientos, los adornos soul y los ecos del sonido Torrelaguna de su último álbum y reforzó el ritmo y el vigor en las interpretaciones. Los músicos que lo acompañan son muy solventes, no hay grietas en la ejecución, todo funciona. Luque canta con aplomo y los coros refuerzan la expresividad de los estribillos. Tienen muy trabajado el set, las piezas más antiguas se mezclan con el material más reciente con naturalidad. La apuesta por su vertiente más pop dejó para mejor ocasión las letanías más introvertidas de su etapa en Acuarela. Resultó muy emocionante el cierre con la enorme ‘María de las Nieves’ de su álbum ‘Presidente’ (2011). Nuestros corazones magullados se estremecieron.
Hay un momento en ‘Cal viva’ donde el compositor de Quiromántico reconoce los límites de lo conseguido: “Hice lo que pude, mi revolución/ Se quedó en las nubes y en un simple revolcón”. Suena a ajuste de cuentas casi generacional. Viéndolo sobre el escenario, enfundado en su camisa estampada de nubes, con su pelo de mechones blancos y su barba cada vez más de algodón, sentimos el orgullo de haberlo acompañado todos estos años ¿Se sentirán reconfortados los afectados por la tragedia tras las explicaciones dadas por el nostre president? Las aguas en los medios y en las redes bajan cada vez más turbias. Algunas estrategias de comunicación revuelven las tripas.