De un tiempo a esta parte, la llegada del tiempo primaveral marca el inicio de la temporada festivalera. Al tiempo que el circuito de salas languidece, una sucesión de macroeventos cubrirán los fines de semana de nuestras agendas hasta bien entrado septiembre llevándonos por todos los rincones de la península, cual buscadores de setas. Afortunadamente, por València se han desarrollado una serie de propuestas más contenidas, pero mucho más reconfortantes. Por concepto, crecimiento sostenido y esfuerzo intelectual, sin duda, el Tagomago se desmarca como una cita única e imprescindible para los paladares exigentes.
Michael Rother, brocha fina de la música europea
Con un ojo puesto en la tradición y otro en la más rabiosa vanguardia, este festival lleva tres ediciones haciendo las delicias de los seguidores de la electrónica más experimental y subterránea, ofreciendo jugosas actuaciones que van más allá de la mera experiencia musical y destapándose como una de las propuestas fundamentales del género a nivel estatal. Esta nueva edición no hace más que profundizar y expandir las trazas definitorias de un festival que dio el pistoletazo de salida con la actuación de Aviador Dro el pasado día 9 en la sala 16 Toneladas.
En La Mutant, entre los días 22 y 23 de junio, el respetable podrá disfrutar de los conciertos de alguna de las figuras más relevantes en el desarrollo y devenir de la música electrónica. Como reclamo más llamativo para los menos avezados tendremos a Michael Rother, elemento fundacional del krautrock que repasará su extraordinaria trayectoria, tanto en solitario como al frente de Neu! y Harmonia en los años 80’s. En la misma década surge Orfeón Gagarin, proyecto pionero de la escena experimental española y que para la ocasión sacará brillo a su primer disco de 1986 con motivo de su inminente reedición en vinilo. Otro de los nombres de relumbrón es el de Francisco López, artista sonoro que traspasa los límites de lo musical en sus perfomances inmersivas. El libanés Rabih Beanini ofrecerá sus sofisticada amalgama de techno minimalista y ritmos africanos, mientras que con Nightcrawler volveremos a una época en la que los sintes y el sonido analógico gobernaba el mundo. Los murcianos Espiricom prometen convertirse en la revelación de esta edición con su estupenda psicodelia de corte oriental y trazas de electrónica, al mismo tiempo que descubriremos en Mounqup a la artista más cercana a Björk que se puede encontrar fuera de Islandia. La música industrial tendrá sus exponentes en Lazharus y en los alcoyanos We Are Not Brothers. El cupo local lo completará Rastrejo, el proyecto más experimental del poliédrico José Guerrero. Una alineación de lujo para uno de los festivales más arriesgados y rompedores del panorama y que no para de crecer y crecer.