Hace ahora 40 años y algún que otro mes, Carlos Segarra, Aurelio Morata y Moi Sorolla aparecían en el programa de RTVE ‘La Edad de Oro’ para ofrecer un directo de once canciones y una entrevista a la certera Paloma Chamorro. Los Rebeldes, entonces unos chavales de 23 años, ya habían publicado con la discográfica EMI su brillante debut ‘Cerveza, chicas y rockabilly’, en 1981, y un mini elepé bautizado como ‘Esto es rocanrol’ (1984). Tenían todo el futuro por delante, hoy son leyendas del rock: el referente más popular en la historia del rockabilly estatal.
Aquel concierto, retransmitido para toda la juventud española que encendiera el televisor de su casa y pulsara el segundo botón de entre las dos únicas opciones, los elevó a flamante grupo favorito de decenas de miles de criaturas. La primera canción del repertorio fue ‘Quiero ser una estrella’.
‘Ahí, ahí voy, en el camino de la fama ya estoy’, gritaba Carlos. Primero como deseo, después como vaticinio. Ahora, un Segarra de 63 años, vecino de Finestrat (La Marina Baixa) desde 2000 y asiduo de la escena musical valenciana, mantiene intacta una vitalidad envidiable. “Cuando íbamos a celebrar el 40 aniversario de Los Rebeldes, llegó la pandemia y nos rompió, así que cuando la gente preguntaba si celebraríamos el 50 les dijimos que festejaríamos el 45, por si acaso, que hay mucho cabrón suelto pensando en hacer daño a la humanidad”, bromea el vocalista.
En escasos días, abrirán en la sala 16 Toneladas de Valencia su gira de presentación del disco ‘Al Este del Edén’, registrado con la misma formación nacida en la Barcelona de 1979, y que cumplió 45 años el pasado 2024. “Aurelio tuvo la idea de volver a grabar nuevas canciones como parte de los fastos del 45 aniversario. Nos juntamos y salió ‘Al Este del Edén’, seis temas del repertorio clásico que interpretábamos en los inicios, además de nuevas composiciones que siguen la estela de aquel ‘Esto es rocanrol'».
La personalidad arrolladora de Carlos y su exposición mediática como icono rock no debería eclipsar su posición como instrumentista. Segarra es un virtuoso guitarrista de rock añejo. Un tipo forjado en los garitos oscuros del Raval barcelonés desde los quince años. Su camino hasta conseguir el reconocimiento se cimentó a pico y pala, sin agenda de contactos familiar (a diferencia de buena parte del pop madrileño de la Transición), con orgullo de clase y pisando cientos de escenarios de salas semivacías que la constancia y las canciones redondas fueron llenando de rockers resabiados y nuevo público. “El repertorio de esta gira de Rebeldes 79 será el de los años de Aurelio en la banda, hasta 1985, además de los nuevos temas y las versiones que disfrutamos tocando. Es importante saber hacia dónde vamos pero también es necesario recordar de dónde venimos”.
Al estructurar la gira, la idea original era realizar un solo concierto en Valencia. “Viendo la demanda de entradas para la noche del viernes día 17 de enero pensamos en doblar concierto. La cuestión es que Pepito Toneladas ya tenía reservada la noche del sábado a mi amigo Pepe Bao, de O’Funk’illo», incide Segarra, «así que vamos a tocar el sábado en horario de tardeo, a las 18h, lo cual me parece un experimento muy curioso porque ya estamos en un punto, los que somos rockers pero con estudios, que ya hemos pasado todos el sarampión, en que nos puede venir muy bien acabar el concierto e irnos a cenar a las 21h. Algo impensable hace años”.
Esos varios centenares de afortunados que acudan a ver a Rebeldes 79 en las dos citas de Valencia de 2025 contemplarán una foto fija similar a aquella filmada por ‘La Edad de Oro’, en 1984. El regreso a los orígenes 40 años después pero sabiendo que la travesía recorrida por aquellas tres aves nocturnas fue provechosa. «Nos hemos tirado la manta a la cabeza para la gira: una vuelta las raíces, a pasarlo como cafres, que es lo que siempre hacemos cuando vamos en formato trío con la ayuda de Dani Nel·lo. Y cómo no, empezamos en la 16 Toneladas de Valencia y nos acompañarán invitados de lujo como La Perra Blanco, Miguel Ángel Escorcia y Nel·lo, a falta de alguna sorpresa que se sumará, y hasta aquí puedo leer”, concluye el compositor del barrio de Sants.