Manolo Tarancón: «Mi intención es llegar tanto a los seguidores de Xoel López como a quien se acerque por primera vez a su obra»

por | 14 octubre 2020 | Entrevistas

Conversaciones con Xoel López (Efe Eme, 2020), primer libro del valenciano Manolo Tarancón, supura música por los cuatro costados. Es un diálogo entre dos compositores, dos compañeros entre los que hay muchas afinidades. Gracias a la editorial valenciana Efe Eme, podemos adentrarnos en la obra, influencias e inquietudes de Xoel López, uno de los autores más relevantes de la actual música popular española.

TARANCON Foto: Eva H. 

¿Cómo surge la idea de estas conversaciones con Xoel López?

Hace tiempo que estoy escribiendo en la editorial Efe Eme artículos de análisis histórico musical. Como músico me gusta mucho escribir, toda mi vida lo he estado haciendo. Fue así como hablando con Juan Puchades, editor de Efe Eme, nos propusimos sacar adelante un libro de conversaciones escrito por mí. Inmediatamente pensé en Xoel. Por la empatía que tenemos desde el primer momento sabía que podían producirse unas conversaciones muy afables y sinceras.

¿Por qué conversaciones y no una biografía al uso?

Decidimos que fueran conversaciones porque me encanta ese formato, leo muchísimos libros de ese estilo. Me daba la seguridad necesaria para poder escribir mi primer libro.

Cuándo afirmas que te sientes muy cómodo conversando con él, ¿es la colaboración profesional que ambos habéis tenido lo que te lleva a un plano de igualdad?

Exacto, Xoel es una persona muy natural, con la que se puede hablar de cualquier cosa y eso me parece muy interesante. El hecho de habernos conocido antes en la sala Matisse, cuando yo trabajaba allí de programador, fue clave. En el año 2013, Efe Eme organizó un ciclo llamado “Charlas-concierto”, y Xoel López fue uno de los invitados. En ese momento había acabado su aventura latinoamericana y se encontraba en una encrucijada vital y profesional. La siguiente ocasión en la que coincidimos fue en el Puerto de Santa María, donde yo había acudido a tocar en su festival itinerante aprovechando que acababa de sacar mi disco “Reflexiones”. Nos volvimos a reencontrar, cuando colaboró en el tema “Casa Vacía” en mi siguiente trabajo, “Historias Mínimas”.

Cuando decidís colaborar, tuvisteis la sensación de que se estaba produciendo un acercamiento de estilos, una huida de los encasillamientos tan propios del rock o del indie. ¿Cómo enfocáis la heterodoxia musical en el libro?

Los dos pensamos igual al respecto. De hecho, el libro empieza hablando de uno de sus proyectos, Combo Viramundo, una banda de versiones cuyo lema en Instagram es “De Juan Luis Guerra a The Smiths”. Esto implica que se puede versionar una canción de Gilberto Gil, de Juan Luis Guerra o de Mecano, o bien una de Morrisey, de The Beatles o de Dylan. Me interesaba mucho desatacar esa ausencia de complejos a la hora de entender la música como algo bonito, como algo para disfrutar, donde pudiera destacar su eclecticismo, como demuestra en cada una de las fases por las que ha pasado. Hay que tener en cuenta que es en sus últimos discos cuando finalmente consigue aunar todas las músicas que le han influido.

¿Crees que en la escena musical española, el hecho de que alguien toque en solitario le acaba encasillando en la canción de autor, con los prejuicios que eso supone?

Desgraciadamente, cuando vas con tu propio nombre sí, y lo cierto es que tal y como cuenta el propio Xoel López en el libro, tuvo problemas al respecto. Su mánager y toda su oficina estaban preocupados ante un cambio tan radical, ya que venía de un Deluxe con el que rompe totalmente, se va a Argentina a vivir y durante años no aparece por España musicalmente hablando. Decide volver con su nombre porque en uno de los primeros conciertos que hace en Latinoamérica, le preguntan cómo tienen que presentarlo y Xoel contesta a la duda que con su nombre propio. Así comienza un nuevo capítulo de su etapa profesional, en un momento además en el que lo latino no estaba tan de moda como ahora. Mucha gente le recriminó por no seguir con lo que hacía antes. Yo creo que eso, entre otras cosas, certifica que este país sí que tiene unos complejos y etiquetas que no permiten ver a la música con mayor pureza.

¿Hay quien encasilla para después criticar?

Puede ser que a veces haya algo de estrategia. En mi caso yo he hecho lo que he querido en cada disco, Imperfectos es un trabajo que suena más americana, el anterior Más allá de uno mismo suena más a canción de autor o Historias mínimas que es un poco más pop. Pero todo eso choca con que, si al final alguien quiere hacer daño, lo hace. La crítica tiene ese poder, al fin y al cabo, porque nosotros nos debemos a ella cuando sacamos algo a la luz. El concepto de canción de autor es complicado. Si vas a medios locales, por ejemplo, rara vez ves canción de autor, pero es muy lícito porque alguien que monta un medio musical tiene derecho a elegir su línea editorial, y ahí poco más se puede decir.

Por eso hay pocos casos como el de Xoel, después de poner el freno de mano de golpe y jugársela de esa manera. Recordemos que Xoel empieza con los discos de sus padres como Simon & Garfunkel, conoce a The Beatles por su tío. A partir de ahí le empieza a interesar la cultura mod como demuestra con Los Covers o la Elephant Band y luego monta Deluxe con un primer disco integro en inglés. Paralelamente crea Lovely Luna donde da rienda suelta a su pasión por el folk. Y cuando mejor le va con Deluxe, habiendo pasado de un sello independiente a una multi, decide cambiar de tercio, se va a Buenos Aires en una decisión que hará que llegue un Xoel cambiado que deriva en los tres discos que lleva en solitario. La buena acogida de su primer sencillo “Tierra”, les confirmó que había valido la pena, pero hizo lo que quiso al margen de todo.

Casos como el de Xoel o el propio Santiago Auserón disolviendo Radio Futura y acercándose al mundo latino a través de su alter ego Juan Perro, acaban consolidando una escena interesante en España, hecha a contracorriente, pero sobre todo para iniciar una aventura en solitario. En tu caso Manolo, cuando creas Reno, es un camino inverso, pero, ¿lo haces también para explorar libremente?

Surgió porque quería aparcar mi proyecto en solitario, estaba cansado de tener que tomar yo solo las decisiones. Fue precisamente en el Puerto de Santamaría donde conozco a los miembros de Torre de Control, que ya sabían que se iban a disolver, así que en el viaje de vuelta a València escuchando maquetas y comentando empezamos a hablar de hacer algo juntos. Reno me permitió que la música que yo había estado escuchando y que me gustaba, así como canciones que rondaban mi cabeza tuvieran cabida en otro proyecto, que a la vez me permitía combinar mis letras con Sergio y ser un grupo en todo.

Y qué es más complicado,  ¿ir solo o mantener un grupo?

Yo creo que a partes iguales. Un grupo tiene el hándicap de conseguir que una mayoría esté de acuerdo con las decisiones a tomar, bien sea grabaciones, conciertos, promos, etc., pero también te sientes arropado en cuanto a lo que haces. Por otra parte lo bueno de un solista es la libertad absoluta en la toma de decisiones, pero con el problema de que cuando las cosas no van bien, no van bien para ti.

Respecto las influencias de cada uno, coincidencias y diferencias.

En común tenemos a Simon & Garfunkel y Bob Dylan. Y Joan Manuel Serrat claro, como coincidencia absoluta. Con Neil Young en cambio, discrepamos, por ejemplo. A su vez, él me ha descubierto muchísima música latina como a los tropicalistas, como por ejemplo Toquinho y su disco La Fusa grabado con Maria Creuza y Vinicius de Moraes. De hecho, en su cuenta de Spotify tiene una lista de reproducción de canciones que van desde The Beatles a Caetano Veloso.

Como Xoel es tan ecléctico, hay una anécdota muy curiosa. Estábamos hablando de Pink Floyd, que como sabes a mí me gustan mucho, y él me respondió que no estaban entre sus grupos preferidos, pero que aun así le gustaba la primera etapa desde The Piper at the Gates of Dawn. De repente, aprovechando un descanso, cogió su guitarra acústica y empezó a tocar uno de los temas del disco de una manera asombrosamente perfecta. Al escucharlo pensé que menos mal que no estaban entre sus grupos preferidos…

En tus conversaciones con Xoel, dentro y fuera del libro, ¿habéis constatado que hay un antes y un después de 2010 en la industria musical, con la crisis económica que no cesa y que deriva en la crisis del disco?

Xoel opina que no tenemos que ponernos demasiado serios con eso. Al principio había música en directo, después sencillos y más adelante se inventa el LP. Vamos, como lo es ahora la música digital. Ahora estamos en la época de internet y habrá que adaptarse a los tiempos, de tal manera que la música no perezca por ello. De hecho, Xoel se adelantó a lo que ahora ya es normal, cuando empezó a sacar cada mes una canción de su álbum “Reconstrucción” en Itunes y el público no acabó de entenderlo muy bien. Mucho antes de que Spotify apareciera.

En esta situación de desescalada sanitaria, con avances y retrocesos, qué debe hacer el músico.

El músico debe buscarse la vida, de una manera u otra, ya que hacer música es una cosa que te nace, que llevas dentro. Durante el confinamiento grabé con Fabián una canción a distancia, un amigo editó el video, Xoel también ha hecho sesiones telemáticas. Al final es una reinvención continua. Dedicarse profesionalmente ya es otra cosa, y ahí sí que todo está en un punto muy duro.

Y esto nos lleva al debate sobre la gratuidad de la cultura.

Creo que es un error mayúsculo. La cultura debe de contar con ayudas públicas siempre y luego que la ciudadanía asuma que le va a suponer un coste, aunque sea poco, como cualquier otro servicio. Es decir, que tenga valor añadido, huyendo de la gratuidad, pero también de esa no diferenciación entre ocio y cultura.

Y la educación, es crucial que la cultura sea transversal en los planes de estudio, porque no es casualidad que después de tantas contrarreformas educativas, veamos como algunos sectores de gente más joven tienen una ausencia absoluta de empatía y de solidaridad con lo que está pasando ante el coronavirus.

Tampoco ayuda mucho que, en las medidas para controlar la pandemia, la cultura haya quedado atrás o incluso se le haya querido asociar al ocio nocturno. Habría que partir de cero a nivel de licencias para los locales culturales que quieran hacer conciertos acústicos, microteatro o lectura de poesía, por ejemplo. Para que una actuación no tenga que ser únicamente un grupo completo con batería en una sala con licencia para ello, que las hay y muy buenas, con la insonorización autorizada por el Ayuntamiento, sino espacios abiertos y más allá de la música. En resumen, nuevas licencias municipales que permitan esto.

Ya en la nueva normalidad y anuladas las presentaciones, ¿qué planes tenéis para presentar el libro?

De momento estamos a la expectativa, vamos a ver como evoluciona todo. Pero si quiero destacar el apoyo del propio Xoel, porque es muy importante que el protagonista respalde el libro, y así lo ha hecho a través de sus redes sociales desde el primer minuto. Y cómo no, el trabajo de la editorial con su propia difusión, que cuida mucho estos aspectos, trabajando muy bien.

Aun así, para mí ha sido un proceso apasionante, donde he estado muy centrado periodísticamente a la vez le hacía preguntas a un músico que pueden interesar más a los músicos y que no sueles leer. Dividí el libro en dos partes para mayor comodidad en su lectura, empezando el libro con el proyecto en el que él estaba más metido en ese momento que era Combo Viramundo.

En definitiva, mi intención con este libro es que hubiera fluidez, que la lectura fuera sencilla y que llegara tanto a seguidores de Xoel López como a quien se acerque por primera vez a su obra.

xoel-lopez

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