El resurgimiento del dúo musical al que la dana destrozó su nuevo hogar en Paiporta

por | 28 enero 2025 | Entrevistas

Alejandro José Rivas y María Laura Bustamante nacieron en la misma ciudad y en el mismo año. Lima, 1986. Un momento de la historia en la que el Perú era gobernado por la izquierda de Alan García, antes de que la hiperinflación, el terrorismo y la corrupción estructural eliminaran las escasas esperanzas de la ciudadanía peruana. Algo después subiría al poder Alberto Fujimori: algunos países transitan maldiciones eternas con sus mandatarios. El talento musical autóctono no es consuelo pero aligera el viaje desde tiempos de los pioneros Saicos. Alejandro y María Laura son el secreto mejor guardado de la Valencia sonora. Una semana después de instalarse en su nueva casa, una planta baja de Paiporta, la riada del 29 de octubre arrasó con casi todo. Unos meses antes, habían publicado un magnífico disco doble bautizado como ‘Dos hemisferios’. El viernes 31 de enero resurgirán en La Reina 121 del Cabanyal a las 20h de la tarde.

Su proyecto nació en Lima, tras conocerse en la universidad, estudiando teatro (Alejandro) y cine (María Laura). Ambos tenían otros propósitos musicales y componían canciones. Formaron una pareja y no tardaron mucho en comenzar a colaborar de manera creativa. «En el 2022 vinimos a Europa por primera vez para abrir una gira de la banda norteamericana Calexico. La gira fue un sueño. Cantamos en teatros hermosos en 22 ciudades europeas. En ese primer viaje nos comenzamos a plantear la posibilidad de vivir en España y cuando volvimos a México (donde vivíamos en ese momento) comenzamos a averiguar más sobre Valencia. Una vez aquí comenzamos a conocer las distintas escenas musicales a través de amigos músicos, asistiendo a micros abiertos, a las jams y a conciertos».

Cuando aterrizaron en Valencia sus referencias del circuito musical local eran casi inexistentes. Sus conocimientos de la música estatal se centraban en Madrid y Barcelona. «A través de amigos y de micros abiertos fuimos conociendo proyecto locales que nos interesaron mucho. Nos gusta lo que hace Àgueda Segrelles; nos encanta la música de nuestro amigo Alberto Montero, con quien tuvimos la suerte de colaborar en una canción de su último disco Ciudad Dormida».

Alejandro y María Laura presentan una delicada mezcla entre la música de raíz latinoamericana y el pop y el folk anglosajón, sobre todo los compositores de los años 70 y el jazz vocal de los años 50. De esas influencias solo pueden brotar joyas. El pasado julio lanzaron ‘Dos hemisferios’. «Es un disco doble muy orgánico y muy en directo, como en los viejos tiempos. La primera parte consiste de diez temas nuevos, donde hay colaboraciones con El Kanka, Muerdo, Zoe Gotuzzo, Alex Ferreira y La Lá. La segunda parte consiste en diez temas ya publicados en discos anteriores, pero reversionados en un formato íntegramente acústico. Es un álbum que funciona como una buena (y extensa) introducción a nuestra música».

Durante un año vivieron de alquiler en Paiporta. Su hija se adaptó bien al nuevo colegio y decidieron comprar una planta baja en la localidad de Horta Sud. «Nos mudamos al piso propio y vivimos solo una semana cuando llegó la dana. Perdimos casi todos los bienes materiales, incluido un tiraje de 500 vinilos del álbum nuevo. A partir de entonces tuvimos que dejar Paiporta y cambiar de cole a nuestra hija. Voluntarios y amigos nos han ayudado a limpiar el piso pero aún tenemos que reformarlo si queremos volver a vivir ahí. Nos preocupa que no haya un plan de prevención concreto para futuras inundaciones. No quisiéramos reformar y rehabilitar nuestro espacio si una dana similar pudiera volver a afectar nuestra zona».

El dúo, junto a los músicos Alberto Montero, Nito Rosales y Luis Guinea, y amigos limpiando su casa de Paiporta.

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El pasado verano, durante un concierto en La Batisfera, la pareja compartió escenario en algún momento del show con su hija. A lo largo de los últimos tiempos, algunos de los grupos valencianos más relevantes han decidido cesar su actividad para afrontar el proceso de creación familiar. «En general, la vida musical y familiar no suelen ser muy compatibles. Este es un estilo de vida con pocas certidumbres y mucho movimiento. Nosotros tratamos de encontrar un balance. Viajamos mucho con la música. A veces llevamos a nuestra hija y solemos encontrar amigos u otras familias dispuestas a darnos una mano con los cuidados. Nos hace ilusión pensar en todos los recuerdos únicos que está sembrando nuestra hija. Es un privilegio compartir esta experiencia de vida con ella».

El concierto del próximo viernes 31 de enero en el centro cultural La Reina 121 del Cabanyal es un renacimiento para el dúo peruano afincado en Valencia. «Hasta cierto punto, es que como si estuviésemos empezando de nuevo. Ni la peor dana nos va a quitar la trayectoria, pero sí sentimos que hemos salido cambiados. Para bien, espero. Tenemos muchas ganas de conectar con el público asistente. Será un concierto íntimo y catártico».

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